El podio lo completó el alemán Sebastian Vettel, de Red Bull, que suma sus primeros puntos después de haber tenido que abandonar hace dos semanas en Australia. El español Fernando Alonso, de Ferrari, fue cuarto.
Mercedes sumó así su segunda victoria del año en la segunda carrera del campeonato, después de que Rosberg se impusiera en Melbourne. El alemán defendió su liderato al frente de la clasificación, donde manda con 43 puntos por delante de Hamilton (25) y Alonso (24).
Sin apenas oposición, Hamilton logró su victoria número 23 en Grandes Premios, y la primera desde la carrera de Hungría en julio pasado.
"Fue sencillamente increíble después de un fin de semana tan difícil y de un invierno tan largo", dijo el británico.
Red Bull tuvo un fin de semana de luces y sombras. Por un lado, Vettel, tetracampeón mundial, estuvo por fin con los mejores. Por el otro, su compañero Daniel Ricciardo vio arruinada su carrera por un error en el cambio de neumáticos y tuvo que abandonar.
"Al final sólo trataba de llegar a meta. Todavía hay mucho trabajo por hacer. Los Mercedes son rápidos", dijo Vettel. "Aún no estamos donde queremos, pero lo conseguiremos", advirtió.
Ferrari se mantiene un escalón por debajo. Aunque lejos de la lucha por el podio, Alonso ha conseguido enlazar dos cuartos puestos que lo mantienen bien colocado en la tabla de pilotos. Sin embargo, el duodécimo puesto del finlandés Kimi Räikkönen, con una vuelta perdida, fue una decepción para el equipo rojo.
Mercedes no había logrado nunca copar las dos primeras plazas desde su regreso a la categoría reina en 2010. "Gran trabajo", elogió Hamilton a su equipo, que ya en los primeros metros de la carrera demostró la fortaleza de sus "flechas de plata".
El británico defendió sin problemas su "pole position" y se escapó, mientras que Rosberg adelantó a un Vettel que había partido en segunda posición. El tetracampeón mundial de Red Bull tuvo incluso que ver en un principio cómo le adelantaba su compañero Ricciardo, aunque en la cuarta vuelta recuperó la tercera plaza.
El equipo Red Bull mostró una clara mejoría en los 32 grados y la extrema humedad habitual en le circuito de Sepang. Después de una pretemporada plagada de problemas técnicos, la escudería austríaca seguía con el puntaje a cero después del abandono de Vettel en Australia y la descalificación a posteriori de Ricciardo.
Para Ferrari y McLaren las cosas no discurrieron según lo deseado. Raikkonen se tocó en la primera vuelta con Kevin Magnussen y quedó muy retrasado. El danés, que fue segundo en Melbourne, tuvo que cambiar incluso su alerón delantero en el décimo giro por el incidente.
Por lo demás, el Gran Premio discurrió casi sin sobresaltos. En la punta, el dúo de Mercedes abrió hueco sin esfuerzo aparente. Hamilton cedió su primer puesto sólo brevemente tras su primera parada en boxes, porque el feroz Nico Hülkenberg retrasó su cambio de ruedas y consiguió liderar la prueba durante algunos metros.
El alemán fue al menos la nota positiva en Force India, después de que su compañero, el mexicano Sergio Pérez, no pudiera arrancar su motor de alta tecnología por un error de software.
En cualquier caso, los equipos pudieron esta vez mantener bajo control los problemas técnicos con los nuevos propulsores de seis cilindros, aunque la polémica sobre su escaso ruido sigue caliente. Vettel aseguró antes de la carrera que son "basura", lo que en Mercedes consideraron totalmente exagerado.
No obstante, el jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, anunció ya medidas para conseguir más ruido.
La pelea Mercedes-Red Bull se intensificó también sobre el asfalto a mitad de carrera. Tras la segunda parada, Vettel recortó la distancia con Rosberg a menos de un segundo, pero el Sauber de Adrian Sutil se paró en mitad de la recta y obligó a sacar banderas amarillas, lo que impidió al campeón atacar.
Todo se estropeó para Ricciardo en la última entrada en boxes. Su equipo no fijó bien la rueda izquierda delantera y el australiano tuvo que detenerse tras unos metros. Los mecánicos empujaron el coche hacia atrás y anclaron el neumático, pero las opciones de podio se habían esfumado. Una vuelta después se rompió su alerón delantero y, además, fue sancionado por el incidente con la rueda. Poco antes del final, el autraliano se rindió y abandonó.
En la punta nada cambió en los giros finales. La esperada lluvia no hizo su aparición, así que la única emoción la puso el duelo por el cuarto lugar entre Alonso y Hülkenberg, que al final se inclinó por el lado español. De la victoria de Hamilton no había ninguna duda. Mercedes es el equipo del momento.








