El flamante presidente de Paraguay, Federico Franco, abogó hoy porque en el corto plazo las relaciones de su país con la Argentina "sean absolutamente reconducidas", a pesar de que las naciones de la región desconocen su gobierno tras la destitución de Fernando Lugo.
Además, señaló que el embajador argentino en Asunción, Rafael Romá, había dejado ese cargo "hace cuatro meses" y aseguró que él mismo participó de la ceremonia en la que se condecoró al diplomático.
"Los temas que nos unen entre Argentina y Paraguay son muchos más de los que nos desunen, y en ese sentido aspiro que en el poco tiempo las relaciones sean absolutamente reconducidas", remarcó Franco.
En diálogo con radio 10, el mandatario paraguayo subrayó que esas relaciones debe ser "armónicas, respetuosas y proporcionales, respetando la autodeterminación de los pueblos".
Franco asumió la jefatura de Estado de Paraguay el viernes pasado, luego de que el Congreso de ese país destituyó a Lugo, tras la muerte de 17 personas durante un enfrentamiento entre campesinos y policías.
Pero la presidenta Cristina Fernández de Kirchner calificó de "golpe de Estado" lo sucedido en Paraguay y ordenó el retiro del embajador. Sin embargo, Franco comentó que "el embajador Romá se despidió y fue condecorado".
"Yo participé de ese acto hace cuatro meses", puntualizó el mandatario, quien agregó que "Paraguay tiene convenios muy importantes con la Argentinas, como la represa de Yacyretá".
Luego, defendió su designación en la primera magistratura paraguaya, al sostener que la destitución de Lugo "fue un proceso constitucional y legal".
"Si el presidente es destituido y el vicepresidente no asume, había una guerra civil", advirtió Franco, quien recalcó que "tiene el apoyo de la ciudadanía" paraguaya.
Fuente: DyN




