dpa
Todo el equipo del Barcelona se reunió junto a Busquets para celebrar el importante tanto conseguido en el tiempo de descuento.
Durante ese festejo de jugadores, Messi recibió el botellazo.
El argentino se llevó las manos a la cabeza, pero se levantó después de ver que el impacto no tuvo consecuencias visibles. Sin embargo, y para su sorpresa, Messi recibió una tarjeta amarilla.
“Algo le ha dado, pero parece que no ha sido importante”, explicó Busquets al finalizar el encuentro.
Messi se marchó del campo sin sangre en la cabeza y sin consecuencias visibles.
“Siempre puede haber un impresentable y armar el taco (provocar un incidente)”, manifestó el técnico del Barcelona, Luis Enrique.






