Luis Gudiño

Un grupo de jugadoras del plantel superior visitó El Litoral para hablar sobre la reciente consagración lograda en el Torneo Finalización de la Asociación Santafesina de Hockey.

Luis Gudiño
lgudinio@el litoral.com
Fueron muchos festejos; incluyendo lágrimas de alegría, momentos de felicidad compartidos y recuerdos de un campeonato difícil, que ganaron con mucha actitud, dejando todo en la cancha.
En visita a El Litoral, la capitana de CRAI, Florencia Villar y sus compañeras Magdalena Chemes, Trinidad Juez, Victoria Bertone, Florencia Zóttico, Milagros Escudero y Victoria Etcheverry, comentaron como llegaron a concretar ese objetivo tan deseado.
Inicio complicado
“El primer torneo arrancamos bastante flojas; con el equipo medio inestable, con recambio de jugadoras (chicas nuevas y algunas bajas importantes, por distintos motivos). No encontrábamos un buen juego; se nos complicaban partidos que en otro momentos no nos costaban. Sin dudas, nos costó bastante volver a armarnos”, indicaron.
“Esto se vio reflejado a mitad de año en la Liga Nacional, donde no rendimos como en años anteriores, pero felizmente pudimos mantener la categoría. Luego hicimos un clic: fundamentalmente, en el compromiso del equipo. Fue un cambio muy grande y de esa manera aumentamos el volumen de juego, obtuvimos resultados positivos y encaramos el segundo torneo mucho mejor”, agregaron.
Momento de asimilar
“La recta final del torneo Dos Orillas creemos que fue un poco rara. Fue injusto, porque nosotras luchamos mucho para llegar a una buena posición; no nos fue tan fácil y fuimos creciendo paso a paso. Llegamos a tener un objetivo de tener que marcar más de 10 goles en un partido para poder clasificarnos mejor; lo logramos, lo festejamos y por una situación ajena a las jugadoras y al esfuerzo de todos nosotras, volvimos a la fase anterior. Algo nunca visto. Fue super injusto y nos costó mucho asimilarlo en nuestras cabezas; volver a entrenar para un objetivo que era un cuarto de final, cuando ya habíamos llegado antes a semifinales”, aseguraron con firmeza.
“La cabeza fue lo que más tuvimos que trabajar. Nos costó superar ese momento. Nos propusimos jugar lo que se nos venga y listo, si no, era enojarse, cosa que no servía, no queríamos perder un año y el sueño por delante que teníamos”, indicaron.
Camino al título
“Fuimos superando rivales, logrando pasar las clasificaciones, pudimos resolver bien los partidos. Después de jugar un partido con Alma Juniors, se nos vino un rival mucho más duro: El Quillá, con quien nos conocemos mucho, ya que nos enfrentamos muchísimas veces. Tuvimos que ajustar un montón de temas; más que nada defensa, marcar a delanteras rápidas, no generar córneres cortos y ser efectivas al atacarlas”, expresaron.
“No sabemos si jugamos bien o mal, pero lo más importante fue lo que pesó para lograr el resultado: pusimos garra, corazón... No sé si son mejores o peores; la idea era tirarnos de cabeza en cada pelota, si hacía falta; lograr llegar a la final. Y lo hicimos..., más que nada con el corazón. Lo mejor fue lo actitudinal”, consignaron.
La gran final
“La previa fueron varias semanas, se retrasó el partido por distintos motivos. Nos costó entrenar y concentrar la mente en el partido final. Sabíamos que merecíamos estar en ese partido y que no lo debíamos desperdiciar”, afirmaron.
“Por el cambio de fechas, nos costó perder cuatro jugadoras que habían estado en semifinales y no las contábamos ahora por diversos motivos. Nos tuvimos que acomodar siempre a los horarios de otros. Primero fue un partido un lunes a las 22, después programaron la final para un jueves feriado que no fue ninguna de las tres fechas que era la que habían dicho en un principio. Bajamos la cabeza, aceptamos ya que nosotras solamente queríamos jugar cuando sea y ganarla”, explicaron.
El minuto 34
“Cuando estábamos 1-0 abajo pensamos que se nos venía el mundo abajo, pero dijimos ya está, levantemos. Nosotras atacamos y atacamos, no nos salía ni una, nos costó mucho. Vino el gol de Paulita Qüesta, faltaba un montón. No queríamos llegar a los penales”, acotaron.
“Pero todas teníamos la sensación por dentro que podíamos ganarlo. Todas nos alentamos y seguimos buscando, luchando”, aseveraron.
“Vino la jugada del minuto 34. La tomó Berta, la corrían varias defensoras lasallanas, se le cerró bastante el ángulo de remate pero le pegó igual y fue un golazo. Nos tiramos todas atrás, faltaba muy poco y tratamos de no hacer un córner corto y llegó el festejo”, manifestaron con sus mejores sonrisas
Imborrable
Victoria Bertone, autora del golazo que definió el campeonato, recordó: “La verdad, no lo podía creer... Había errado varios goles en el partido y en esa jugada no tenía ángulo; pero además, tenía como a cinco rivales rodeándome y estaba por sonar la corneta. No sé de donde saqué tanta fuerza, porque había corrido media cancha; rematé y pude clavar la bocha con un tiro cruzado, que felizmente nos permitió ganar una final tan difícil”.
Los argumentos del entrenador
El director técnico de CRAI, Nicolás Sequeira, manifestó a El Litoral luego de concluida la gran definición en la que sus dirigidas vencieron a La Salle por 2 a 1.
* “¡Qué final...! Fue muy emotiva y más aún, cuando la ganás en el último minuto. La ganamos con mucha actitud, ya que las chicas dejaron todo en la cancha. Quizás no fue uno de los mejores partidos que jugamos, pero nadie debe dudar que CRAI entregó todo en la cancha”.
“Lo mejor de este equipo es que resurgió a partir de un momento en el que nos vimos muy mal, al borde de descender en el torneo Regional. Nos dimos cuenta que teníamos que volver a las bases, a nosotros mismos; a enarbolar el amor por el club, por la camiseta; fortalecer el grupo e intentar volver a ser lo que tanto deseábamos: campeones”, agregó.
“El hecho de haber tocado fondo nos planteó una situación en la que nos nos quedaba otra que salir adelante; a luchar con amor propio y felizmente lo logramos....”, concluyó
La trascendencia
“Este campeonato tiene un significado muy grande, ya que el club tiene el objetivo de tener nuestra propia cancha sintética. A diferencia de otras veces, ahora se planteó con firmeza, con decisión que todo el club apoye. Lo necesitamos... Este título, en principio, es un premio al plantel y a los entrenadores, por lo que fue un año tan duro, el amor a los colores demostrado”, aseguraron.
“Además, nos dimos cuenta de que no había ningún monstruo en el torneo, que todos los equipos eran parejos, ganables, nos animamos y sobre todo dejamos todo por la camiseta cuando hizo falta”, señalaron.
“Es un triunfo de toda la familia de CRAI... Todo el club apoyó y puso el corazón, no solo nosotras, sino también un montón de gente, directivos, padres, chicos de rugby que fueron a alentarnos. Fue muy lindo tener tanto apoyo y aliento, nosotras esperamos que este ejemplo sirva para reforzar ese objetivo que tenemos todos de tener nuestra cancha sintética, que las chiquitas tengan sentido de pertenencia del club, entrenar, jugar y vivir la institución como tal, y volver a juntarnos con toda la familia del club”.