Alberto y Cristina no se hablan. El presidente dijo que el acuerdo con el FMI está cerrado; la vicepresidenta y su hijo piden política fiscal expansiva y obligan a imprimir más billetes. La advertencia de Georgieva y el riesgo de que la búlgara sea reemplazada por un "enemigo K".
"Si el 14 de noviembre ratificara en términos generales al 12 de setiembre, habría menos riesgos institucionales por falta de aval a proyectos hegemónicos, pero mayor incertidumbre de corto plazo mientras el oficialismo define como habrá de encarar la transición hasta 2023". La evaluación de Jorge Vasconcelos -Ieral/Fundación Mediterránea- tiene sus fundamentos.
Kristalina Georgieva dijo ante la Universidad Bocconi que "la divergencia en la recuperación, la inflación y la deuda" son las tres piedras en el camino de la recuperación económica del mundo. Martín Guzmán prometió ante empresarios de la Construcción que la inflación comenzará a reducirse de manera interanual y que va a "profundizar una política de precios e ingresos".
Tal moderación es un bálsamo en el precario escenario económico nacional; el ministro viaja en los próximos días a entrevistarse con Georgieva. El presidente Alberto Fernández dijo horas atrás que el acuerdo está cerrado; el país no tiene reservas para llegar hasta marzo pagando sus compromisos.
Pero enfrente está Máximo Kirchner reclamando que el país no se enamore "de las matemáticas", que el FMI "cometió un grave error" por el que no pidió disculpas y pagar deuda es costo para el pueblo. Quiere revisar los números "con la gente adentro".
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Si Estados Unidos lleva a fondo su acusación sobre Kristalina Georgieva por favorecer a China en su paso previo por el Banco Mundial, la búlgara tendría que dar un paso al costado y,m tras ella, asoma David Lipton; es el norteamericano al que el kirchnerismo acusa de haberle prestado U$ S 44 mil millones a Macri.
¿Máximo habla desde la tribuna electoral? El hijo de la vicepresidenta no es literal como su madre: pero tanto él como Cristina exigen expansión fiscal ante el desastre electoral del oficialismo en las Paso, que quebró la relación entre Alberto y Cristina.
Vasconcelos calcula que la contabilidad creativa de los DEG que el Fondo acercó al país, el BCRA podría emitir -incluyendo lo que necesita por el pago de intereses de las Leliq y los pases- "una cifra algo superior a 1,3 millón de millones de pesos, equivalente a 12,6 % del PIB" en el período octubre-diciembre.
"Como referencia, en 2020, cuando se usó y abusó del recurso de la emisión, los pesos transferidos al Tesoro más los intereses de las Leliq llegaron al equivalente a 9,6 % del PIB, fenómeno que explica buena parte de la inflación de 2021, en el persistente andarivel del 50 %". Dicho de otro modo, lo que reclaman Cristina y Máximo es lo contrario de lo que pide el FMI.
Para el economista del Ieral, el paquete electoral que ya se empezó a gastar cuesta entre $ 150 mil y $ 300 mil millones. "Es paradójico que a una economía trabada por el exceso de gasto público se la intente resetear con…. más de lo mismo".