Agustina Mai
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A escasos metros del refugio La Mary, que alberga 400 perros, está el de la Sociedad Protectora, donde hay cerca de 800 animales. Es decir que en una manzana de la ciudad, hay concentrados 1.200 canes.
Esto resulta de la irresponsabilidad, ignorancia y crueldad de las personas, que no castran a sus mascotas, abandonan los cachorros y también a los animales viejos o enfermos. Pero también evidencia el fracaso de las políticas públicas de castraciones gratuitas, masivas y sostenidas en el tiempo.
Para empezar a controlar la superpoblación de fauna urbana, hay que castrar anualmente al menos el 10 % de los animales (se estiman 10.000), durante cinco años. La cantidad de perros en estos refugios -que no son los únicos de la ciudad- y deambulando por la calle son la muestra palpable de cuán lejos estamos de esta meta.





