Ana María Bertolini (Télam) A diferencia del año 2006, que sólo tuvo un martes 13, en junio pasado, el 2007 viene con tres ejemplares de esa especie: el primero en febrero, es decir, mañana mismo; el segundo en marzo; y el tercero en noviembre, para dar algún respiro. Pero la "mufa" no acabará allí, porque también habrá que soportar dos viernes 13 -tan "maléficos" como el martes- que vendrán en abril y julio, así que el respiro no será tanto. A ambos hacía referencia un refrán de tiempos del Imperio: "Giorno di Venere, giorno di Marte, non si sposa e non si parte", es decir: "Día de Venus, día de Marte, no hay que casarse ni partir de viaje". Viernes debe su nombre a Venus y por tal razón es el día dedicado a la diosa del amor o, si se prefiere, a ese planeta; en tanto que martes proviene de Marte, dios de la guerra, que a su vez le prestó su nombre al planeta más próximo a la Tierra. En la Argentina, este antiguo refrán fue cortado al medio y numerado: "En martes 13, no te cases ni te embarques", recomienda. Sin embargo, en Europa y Estados Unidos se le teme más al viernes, porque fue un viernes 13 que Jesús fue crucificado, luego de cenar con sus doce apóstoles. De esa Ultima Cena derivó también la superstición de no sumar nunca 13 personas sentadas a la mesa de Navidad, Año Nuevo o Pascua, porque una de ellas morirá en el transcurso del año. El esoterismo recoge un significado parecido: el arcano 13 del Tarot es la Muerte y se la representa con un esqueleto y una hoz. ¿Es malo ser supersticioso? Si se advierte el significado etimológico de esta palabra (proviene del latín "superstitio"), no lo es en absoluto: significa pasar por encima, superar, dominar. En otras palabras, la superstición es lo que le permite al hombre superar la incertidumbre y sobrevivir a la adversidad. Las líneas aéreas internacionales no tienen asiento ni fila 13 y tampoco tienen habitación ni piso 13 los hoteles norteamericanos: pasan del 12 al 14 como si nada. ¿Por qué será? Seguramente, porque son muchos los pasajeros supersticiosos que se negarían a ocuparlas. A despecho de esto, la orden masónica de los Illuminati (Los Iluminados) -surgida en el siglo XVIII en Baviera, Alemania, y hoy muy fuerte en Estados Unidos- adoptó el 13 como su número simbólico: la organización es dirigida a nivel mundial por un Consejo de los Trece. Fue por esto que el presidente estadounidense Franklin D.Roosevelt, que era masón (del francés, albañil) ordenó ponerle al billete de dólar una pirámide de 13 escalones -por los 13 grados masónicos de los Illuminati de Baviera- y el ojo que "todo lo ve", enmarcado en un triángulo, símbolo de los Illuminati de Weishaupt. Otro dato ilustrativo es que los arquitectos de esa logia que construyeron las oficinas públicas de Washington, ubicaron la Casa del Templo de la Masonería 13 cuadras al norte de la Casa Blanca, para "iluminar" con su influencia el pensamiento del gobierno. ¿Cuál es su simbolismo? El 13 es el número de lunas llenas que contiene el calendario de 365 días y alude a la tarea anual. A su vez, la suma de los dos dígitos da 4, número que representa al mundo concreto, lo que sugiere que esa tarea debe hacerse a favor de la humanidad en los cuatro puntos cardinales. Pero no es el único significado posible: el 13 está formado por el uno, que en la Biblia simboliza a Dios (Mateo 19,6,17; Juan 10,30) y por el tres que representa a la totalidad, porque son tres las dimensiones del tiempo (presente, pasado y futuro). Desde el catolicismo hay también quienes hacen otra lectura: asocian al 13 con Satanás y sostienen que representa la rebelión contra la autoridad de Dios, porque no olvidan que uno de los propósitos primigenios de la masonería, que tiene al 13 como su número, fue la de destruir el poder de la Iglesia Católica. Dicho esto, cada cual sabrá qué simbolismo otorgarle a los tres martes 13 y los dos viernes 13 del 2007, y actuar en consecuencia, sintiéndose "iluminado" o temeroso. En cualquier caso, nada costará atarse una cinta roja, llevar un ajo en la cartera y cuidarse de no entrar con el pie izquierdo ni siquiera al baño. Fuente: Télam.




