Por Alberto Ferrer (EFE) El mundo se enfrenta a una grave crisis humanitaria por la escasez de agua, lo que provoca la muerte de cerca de dos millones de niños al año, según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicado en noviembre. La terrible cifra es semejante a la de víctimas mortales que causa el sida en todo el mundo, 2,5 millones de personas, según la ONU. Ya en el Foro Social Mundial celebrado en enero de 2006 en Mali se destacó que 34.000 personas mueren diariamente por falta de agua potable. En la Tierra sólo el dos por ciento del agua es potable; de esa cantidad, el 87 por ciento se concentra en las capas polares en forma de hielo y del resto, una parte importante se encuentra en forma de grandes bolsas bajo la superficie terrestre. Los recursos hídricos globales son limitados y están mal repartidos. Su gestión deficiente, la escasez de recursos y los cambios medioambientales hacen que 1.100 millones de habitantes del planeta carezcan de agua potable y que 2.400 millones no disponga de servicios sanitarios básicos, según el informe de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del Mundo, de marzo de 2006. En el último siglo, el consumo de agua se multiplicó por seis, mientras que la población se triplicó. Según la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), alrededor de 3.000 millones de personas vivirán en 2025 en países en conflicto por falta de agua. Africa cuenta sólo con el nueve por ciento de los recursos mundiales de agua potable. La UNESCO calcula que 230 millones de africanppadecerán escasez de agua en 2025. En América Latina, los grandes ríos Paraná, Paraguay, Pilcomayo y parte del Amazonas sufren los efectos de la contaminación, por lo que el acceso al agua es dispar entre las regiones. América del Sur, por ejemplo, dispone del 26 por ciento del agua y tiene el 6 por ciento de la población. En Norteamérica se encuentran los mayores registros de cobertura, abastecimiento y saneamiento de agua en el mundo. La mayor parte de la población dispone de agua potable y saneamientos y el 49 por ciento del agua dulce de EEUU, segundo país productor de hidroelectricidad del mundo, se emplea para la agricultura. El cinco por ciento de la población mundial vive en Oriente Medio y el norte de África, pero cuentan con menos del uno por ciento del agua disponible en el planeta. En la región Asia/Pacífico, el 86 por ciento del agua que se consume se destina a la agricultura, el ocho por ciento a la industria y sólo el seis por ciento al uso de las personas. China, La India e Indonesia cuentan con la mitad de toda el agua de la región, mientras que un tercio de la población que vive en esta parte del mundo, el 58 por ciento de la población mundial, no dispone de saneamientos básicos. En Europa se consumen 300 litros de agua al día por habitante, dos veces menos que en EEUU y Japón, pero veinte veces más que en el África subsahariana. El problema radica en el sistema de distribución, ya que el 40 por ciento del agua se pierde. En Europa, el 18 por ciento de la población vive en países con escasez de agua, entre ellos España, Chipre, Malta e Italia. Por otra parte, el cambio climático agravará la actual escasez de agua en muchas regiones del sudeste asiático y África y aumentará la propagación de diversas enfermedades como malaria, dengue, fiebre amarilla y cólera, especialmente en Asia, África y América Latina. Las regiones mejor preparadas para afrontar los envites del cambio climático serán Europa y América del Norte, que, no obstante, también notarán los efectos negativos, y del sur de Europa no se librará la Península Ibérica, que será una de las áreas más vulnerables de su entorno y de mayor riesgo.




