Intacta. A pesar del paso del tiempo, la fachada del edificio está intacta. Con mucho orgullo, la comisión comenta que son los mismos salones que albergaron los famosos bailes. Sólo se les han realizado reparaciones menores y tareas de mantenimiento.
Hablar de la Asociación Vecinal Fomento 9 de Julio es hablar de mucho más que una institución barrial. A poco de cumplir 83 años, está ubicada en el edificio fundacional que la infla de orgullo -en Pedro Ferré 2928- y continúa siendo el corazón social de la zona. Hacia el 1900, el barrio era diferente. En sus calles de tierra vivía un centenar de familias, distribuidas en dos o tres viviendas por cuadra. La necesidad de aunar voces frente al crecimiento urbano motivó la unión de los vecinos con el fin de canalizar inquietudes y solucionar sus problemas. Éste fue el germen de la vecinal. Fomento 9 de Julio fue pionera en brindar numerosos servicios a su comunidad, especialmente en lo que se refiere a actividades culturales y sociales. Entre los recuerdos más preciados de los actuales vecinos están las celebraciones que las escuelas del barrio organizaban en el edificio: cada 25 de Mayo y 9 de Julio, a las 8 de la mañana, el barrio se revolucionaba con las bombas de estruendo que anunciaban los inicios de los festejos. La cuadra de la vecinal se convertía en escenario de una gran kermés, en que los chicos corrían carreras de bicicletas o de embolsados y competían para ver quién lograba conquistar lo más alto del palo enjabonado. “Era otra manera de vivir, otro concepto de diversión”, recuerdan los vecinos. Y Fomento 9 de Julio era uno de los pocos barrios de la ciudad que coordinaba ese tipo de eventos que lograban congregar a todas las familias. Quienes hoy dan vida a la vecinal, hijos de los primeros pobladores del barrio, lamentan no poder reflotar esas actividades: “La sociedad ha cambiado y los lazos de vecindad también lo han hecho”. Sin embargo, no pierden las esperanzas de revivir algún día esas grandes fiestas del barrio. Hoy como ayer A pesar del paso del tiempo, el edificio está intacto. Con mucho orgullo, la comisión comenta que esos salones que albergaron los famosos bailes son los mismos de hoy. Sólo se les han realizado reparaciones menores y tareas de mantenimiento, y actualmente se construye una batería de baños. El alquiler de estos espacios constituye una de las fuentes más importantes de ingresos de la vecinal. “Para mantener semejante local hace falta bastante dinero y con la cuota societaria -8 pesos- no alcanza”, cuentan. Así, lo recaudado se destina a realizar mejoras en el edificio y optimizar los servicios que se brindan a sus 380 socios. En la vecinal se dictan clases de patín, capoeira y gimnasia rítmica para nenas de todas las edades. Allí también se realiza el taller de folclore de la Municipalidad, el de sicuris y el de yoga, se dictan clases de folclore y gimnasia de Pami, y se brindan conferencias de metafísica. Dentro del edificio funciona también un Centro de Jubilados. Allí acuden las personas mayores para medirse la presión y obtener atención médica básica por la mañana y la tarde. Además, desde el centro, se organizan caminatas y actividades físicas para los jubilados.