Los restos del ex baterista de Los Gatos y Seru Giran, Oscar Moro, que falleció víctima de una úlcera sangrante, fueron inhumados hoy en el cementerio de la Chacarita, en una emotiva ceremonia a la que asistieron veteranos rockeros. Artistas como León Gieco, Nito Mestre, Juanse y Ciro Fogliatta asistieron al velatorio y al posterior entierro de Moro, que falleció este martes en su casa de Palermo a los 58 años. Tras el velatorio que se prolongó hasta las 16 en una funeraria de la calle Tres Arroyos 1510, del barrio porteño de La Paternal, el cortejo fúnebre se dirigió hacia la necrópolis de la Chacarita. Hasta allí llegaron el ex Almendra Edelmiro Molinari, el ex guitarrista de Aquelarre, Héctor Starc; Willy Quiroga, de Vox Dei; Fabián Von Quintiero, de Ratones Paranoicos, el ex bajista de Manal, Alejandro Medina; el ex tecladista de la Máquina de Hacer Pajaros, Carlos Cutaia y Kay Galiffi, guitarrista de Los Gatos. Todos acompañaban a Regona y a Juan, la viuda y el hijo de Moro, que acompañaron al músico hasta sus últimos instantes en su departamento de la calle Serrano. El fallecimiento de Moro produjo en su velatorio y entierro una verdadera cumbre de bateristas, ya que asistieron el ex Pescado Rabioso y Pappo Blues Black Amaya, el ex Almendra y Aquelarre Rodolfo García; Roy, de Ratones Paranoicos; Leo de Cecco, de Attaque 77; Rubén Basoalto, de Vox Dei, y Andrea Alvarez. De sus compañeros en Seru Giran, el único que asistió al velatorio fue el bajista Pedro Aznar, ya que Charly García se excusó con la grabación de su disco, y David Lebón, se quedó en Mendoza, muy afectado por la muerte de su amigo. La cantante Claudia Puyó lloró desconsolada tanto en el velatorio como en el entierro, lo que motivó que tanto la viuda como León Gieco se acercaran a abrazarla. A las 17, los restos de Moro fueron inhumados, y luego tanto su viuda como su hijo Juan, Gieco, Juanse, Black Amaya, Willy Quiroga, Fogliatta y Basolato, echaron un puñado de tierra sobre su féretro a forma de homenaje. El martes, en dialogo con Télam, Juan, su hijo, confirmó la triste noticia, afirmando que "hace rato que estaba mal de salud y su muerte puede haber sido producto de una hemorragia por la úlcera que tenía" y relató que "también padecía un principio de neumonía". La delicada situación del baterista lo marginó de una escena rockera, donde por cerca de cuatro décadas su toque fue marca registrada para entender la base rítmica de un estilo musical dominado por la diversidad y las necesidades expresivas de sus hacedores. Nacido el 24 de enero de 1948 en la ciudad de Rosario, Oscar debutó a los 18 años tras el bombo y los parches de Los Gatos, ya entonces convertida en una agrupación fundacional del rock en español que liderada por Litto Nebbia registró media docena de álbumes hasta su separación en 1971. Junto a su prolífico e inspirado coterráneo, Moro se integró al efímero cuarteto Huinca con el que registró una única placa en 1972 y, enseguida, reemplazó a David Lebón en la batería del trío Color Humano y apuntaló el giro más rockero de la formación también conformada por Edelmiro Molinari y Rinaldo Raffanelli. Pese a ese apego por la potencia rockera, el creador se asomó a una rítmica más latinoamericana y candombera para estar a la altura de la sinfónica sonoridad de La Máquina de Hacer Pájaros, proyecto que hacia 1976 lo conectó con Charly García y que lo tuvo como baluarte en los registros de "La Máquina de Hacer Pájaros" (1976) y de "Películas" (1977). En sintonía con Charly -que valoró la precisa explosión con que Moro era capaz de rockear- el baterista se acopló al guitarrista David Lebón y el jovencísimo Pedro Aznar para integrar Seru Girán, justamente considerada como una de las más brillantes expresiones de la música popular en la Argentina. El conjunto que burló los límites del rock y terminó imponiendo una síntesis sonora de altísima calidad, publicó "Serú Girán" (1978), "La grasa de las capitales" (1979), "Bicicleta" (1980), "Peperina" (1981) y "No llores por mí, Argentina" (1982). Al finalizar esa experiencia con Seru, su búsqueda estética lo vinculó con Beto Satragni -mentor del combo de fusión Raíces- para conformar un dúo que en su único disco ("Moro-Satragni", en que participaron, entre otros, Luis Alberto Spinetta, Charly García y Lito Epumer) planteó las bases de lo que varios años después se llamaría "rock latino". Sin detenerse ante la fugaz vida del dueto, su vida profesional adquirió un nuevo giro rítmico que exhibió su ductilidad interpretativa al ser convocado para una de las tantas vueltas de Riff en 1985. Luego, Moro anduvo sonando como invitado de variadas propuestas hasta que una suculenta oferta económica revivió a Seru Girán hacia 1992. Lejos de aquella gloria pero con un impacto capaz de movilizar multitudes, el sueño del regreso duró poco y Moro se dedicó a trabajar como baterista de León Gieco y Nito Mestre, entre otros cantautores. Uno de sus proyectos grupales conocidos dentro del rock, dató de 2002 y se llamó Revolver que lo vinculó con Sergio Nasif, Chino Pérez, Emma Heslop y Ariel Rodríguez. "Lo último que estuvo haciendo fue unas clínicas de batería por el interior del país", resumió Juan Moro sobre los más recientes pasos musicales de su padre. Fuente: Télam.




