El odontólogo platense Ricardo Barreda podría recuperar su libertad en los próximos días tras casi 14 años entre rejas, pero en caso de lograrlo, no podrá vivir en su casona de la calle 48 de La Plata, la misma en la que asesinó a escopetazos sus dos hijas, su mujer y su suegra. La residencia, ubicada en la calle 48 entre 11 y 12, en pleno centro de La Plata, es parte del litigio judicial desatado por la herencia de los familiares de las víctimas del odontólogo, causa que aún no tiene resolución y que tramita en el juzgado Civil y Comercial 17 de La Plata. Es que la causa que determinará la división de los bienes (la residencia platense y un departamento y un terreno en Mar del Plata), que tenía el odontólogo con su mujer y un inmueble que poseía una de sus hijas, está sujeta a la resolución final de la causa penal en la que está condenado Barreda. Horacio González Amaya, abogado de los familiares de las víctimas, explicó a Télam que la causa por la herencia tiene más de 12 años "porque existe un problema prejudicial que era la posibilidad que Barreda pudiera heredar, pero mientras no exista sentencia firme en sede penal, no se podrá avanzar mucho en este aspecto". La hipótesis de que Barreda pueda heredar todos los bienes está sustentada en la posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación revea el fallo que el jueves último fue ratificado en la Suprema Corte de Justicia bonaerense, lo que agotó la instancia judicial provincial. La defensa pretende en su recurso que presentará ante la Corte nacional que se lo declare inimputable, es decir que considere que el odontólogo tuvo las facultades alteradas y no comprendió la criminalidad de los hechos cuando asesinó a su familia. En caso de ser declarado inimputable el dentista hereda gran parte de los bienes de su familia muerta, pero si es considerado culpable de los homicidios se lo "excluye por indigno" de heredar los bienes de las víctimas de su crimen y sólo mantiene la mitad de los inmuebles, de acuerdo al Código Civil. Durante la tramitación de la causa, Barreda dio dos versiones sobre la cronología de las muertes de sus familiares. Primero declaró que a la última que mató fue a su suegra, Elena Arreche, de 86 años; pero en el juicio oral cambió el orden y aseguró que la última en morir fue una de sus hijas, Adriana, de 24 y Cecilia, de 26. En ese momento, se atribuyó el cambio en el relato a la implicancia que podía tener en la justicia civil, donde se tramita la herencia. Es que si la última en ser asesinada por Barreda fue su suegra, no podrìa haber heredado todos los bienes -siempre que fuera declarado inimputable- ya que la mujer hubiera heredado parte de los bienes de su hija, es decir Gladys Mac Donald, de 57 años, la mujer de Barreda. Sin embargo, en estos casos en los que no se puede determinar el orden de las muertes, ya que los forenses estiman en horas y no en minutos el momento de los decesos, el Código Civil adopta la denominada "Teoría de la conmoriencia", en la que establece que todos murieron al mismo tiempo. Tal como está la causa hoy, con Barreda condenado a reclusión perpetua, el odóntologo mantiene el 50 por ciento de la casa de La Plata y los inmuebles en Mar del Plata, que le corresponde por ser un bien ganancial. Por eso, la Dirección Provincial de Rentas inició en mayo del año pasado un juicio de apremio contra Barreda por deudas del impuesto inmbiliario de la casa que tenía a su nombre y el de su mujer. Voceros del ministerio de Economía explicaron que la deuda hasta el 2004 ascendía a un total de 11.627 pesos que se incrementa a casi 19.000, si se toman las cuotas adeudadas correspondientes al 2005 y lo que va de 2006. Por los bienes de Mar del Plata adeuda unos 1.500 pesos, A pesar que la residencia platense tiene un alto valor de mercado por su ubicación, -para la valuación fiscal 160 mil pesos y para operadores inmobiliarios 700 mil- Amaya explicó a Télam que "está prácticamente destruida por dentro" debido que no volvió a abrirse desde nomviembre de 1992 cuando ocurrió la masacre. Y a casi 14 años del hecho, aún conserva en su frente, las pintadas tanto en apoyo como en rechazo que recibió el odontólogo cuando su caso se hizo público. El dentista quedó a punto de recuperar su libertad días atrás, a raíz de un fallo del Tribunal de Casación bonaerense que permite por primera vez computar doble sus años que lleva preso, pero la decisión fue apelada por el fiscal de Casación, Carlos Altuve. En tanto, Berta la actual pareja de Barreda que conoció durante una visita a la cárcel hace seis años, adelantó a la prensa que es probable que si su hombre recupera la libertad ambos vivirán en su departamento porteño de Belgrano. Barreda, de 71 años, manifestó su preocupación por el período de adaptación que le tocará vivir, no obstante dijo estar convencido de volver a ejercer su profesión y de seguir estudiando la carrera de abogacía, en la que ya tiene 21 materias aprobadas. Fuente: (Télam).




