No caben dudas de que el seleccionado argentino será por primera vez realmente visitante en el mítico Olympiastadion, de Berlín, pero en la ciudad donde se construyó al muro que dividió al país en dos, las camisetas celestes y blancas comienzan a decir presente, se muestran en las calles, ilusionados con volver el día de la final, el domingo 9 de julio. Cuánta pasión genera el fútbol, cuánta locura y cuánto amor. Es increíble la cantidad de argentinos que sigue a la selección en el Mundial de Alemania 2006. Es verdad que hay argentinos en Europa, pero la mayoría llegó desde Argentina y todos, los de allá y los de acá, se muestran orgullosos y fuertes con sus banderas. Algunos encontraron la manera de sobrevivir juntando vasos y botellas de plástico, otros trajeron sus guitarras y cantan en las calles, como hoy, en Berlín. "Malena canta el tango, como ninguna", escucharon algunos de los enviados especiales de los medios argentinos en una de las calles céntricas de Berlín. La excelente voz del cantante llamó la atención, porque era un joven que no superaba los 28 años y que tenía puesta la camiseta del seleccionado alemán. En ese momento, su público eran unas diez personas y la gorra que había dejado en el piso Ricardo tenía varias monedas de dos euros. "Vine a ver el Mundial. Conseguí los pasajes a buen precio, porque mi mujer es azafata y, como no tengo un mango, traje la 'viola' y canto tangos, bah, lo que sea, según el público que vaya pasando", le comentó el joven intérprete a Télam. El pasaje en avión le salió 40 dólares y llegó a juntar, desde que está en Alemania, en su mejor día, 43 euros. Es probable que cuando finalice el Mundial haya que empezar a recopilar las historias de los argentinos en Alemania, y volcarlas en un libro. Y a ellos no les importa que durante el partido sean minoría, se harán escuchar de todos modos igual. Para el encuentro se espera que el mítico estadio Olímpico de Berlín reciba tan sólo cuatro mil argentinos, que tendrán que luchar con su aliento contra setenta mil alemanes. Habrá que esforzar las gargantas más que nunca. Pero nada de eso importa, ellos prometen hacerse escuchar, intentando desde fuera del campo de juego darle un plus a los dirigidos por José Pekerman. Ellos sueñan con llegar a la final. Que así sea. Fuente: (Télam)




