La Policía Federal (PF) brasileña detuvo en San Pablo ayer a Juan Carlos Ramírez Abadía, uno de los narcotraficantes más buscados por la agencia de combate a las drogas de Estados Unidos (DEA), junto a 12 cómplices.
Ramírez Abadía, 44 años, alias "Chupeta", conocido también como Marcelo Javier Unzué, "Tonho", lideraba una banda de lavado de dinero del tráfico de drogas a Europa y Estados Unidos del cartel colombiano Norte del Valle.
``Es el traficante número uno, el más buscado en Estados Unidos después del jefe Osama Ben Laden'', afirmó el comisario Fernando Francischini, coordinador de la Operación Farrapos que culminó con su detención.
Tras ser detenido, fue acusado en Brasil por lavado de dinero, pero su extradición está pedida además desde Washington, donde se le adjudica la orden de 15 homicidios.
En consecuencia, será el Supremo Tribunal Federal (STF) el que decidirá si cumple primero su condena en el país o si es enviado directamente hacia Estados Unidos, explicó el superintendente de la PF en San Pablo, Jaber Saadi.
Para el jerarca, el detenido era ``el sustituto de (Pablo) Escobar (mayor traficante colombiano de los 80 y 90) y es hoy el mayor traficante de América del Sur o del mundo, porque él abastecía de droga al mundo entero''.
En Colombia, donde se piensa que ordenó 300 asesinatos, está asociado con Diego Montoya, ``más ligado a los paramilitares'', añadió Saadi. Allí cumplió pena de seis años (de 1996 a 2002) por tráfico de drogas. Actualmente, no está requerido por la Justicia colombiana.
``Hace dos años que teníamos noticias de la presencia de Ramírez Abadía. Comenzamos a investigar en Curitiba (sur), pero era difícil agarrarlo; parecía que todos los días se hacía una cirugía plástica, hasta que la semana pasada supimos que podía alejarse del país y lo detuvimos en San Pablo'', dijo Saadi.
Red internacional
Junto al jefe del cartel del Norte del Valle, cayeron otros dos colombianos y 10 brasileños, que formaban una red internacional de lavado de dinero que comenzaba en Uruguay y se extendía por seis Estados: San Pablo, Río de Janeiro, Minas Gerais (sudeste), Santa Catarina, Paraná y Río Grande do Sul (sur).
De los cómplices, los únicos nombres revelados fueron los de los brasileños André Telles Barcellos y Elaine Barcellos, y el de la colombiana Milareth Torres Lozano. Los tres tenían cuentas en el Banco República de Uruguay, donde comenzaba el esquema de "blanqueo" del dinero.
La operación se iniciaba en Colombia con el envío de drogas a Estados Unidos y Europa, dijo Francischini. En 10 años, Ramírez traficó a esos destinos más de 1.000 toneladas de cocaína, aseguró el comisario. La recaudación se centralizaba en México y España, desde donde se enviaba el dinero a Uruguay, a las cuentas de Barcellos y Torres Lozano, y desde allí se introducía a Brasil, donde se invertía en diferentes áreas.
De 17 órdenes de captura quedaron pendientes los arrestos de cuatro sospechosos que huyeron a Colombia. La banda compraba empresas _al menos 16 en Brasil_ edificios, mansiones, hoteles, comercios de automóviles y de lanchas, y hacía otras inversiones.
Cirugías plásticas
Las dificultades para localizar a Ramírez Abadía se debieron a que ``se hizo al menos tres cirugías plásticas en dos años en Brasil: una en Río Grande do Sul, otra en Paraná y la última en San Pablo'', y sólo pudo ser identificado por sus huellas digitales, detalló Francischini.
Se escondió en Brasil para ``quedar lejos de la droga, en un país continental donde sería más difícil ubicarlo, y darse aquí una vida de millonario''. Su fortuna personal está estimada en unos 1.800 millones de dólares. Su mansión en San Pablo está tasada en más de 2 millones de dólares.
Tenía una estancia en Minas Gerais, otras en Río Grande do Sul, comercios de importación en San Pablo, una lancha de más de un millón de dólares, y en su hogar se confiscaron 160 celulares, 544.000 dólares, 250.000 euros y 55.000 reales.
También se aprehendieron seis autos blindados, jet skies y otras lanchas. Uno de los detenidos fue capturado con 10 armas de grueso calibre.
``Trabajamos con información de Estados Unidos, de Europa, de México, Uruguay y Argentina. Fue una investigación profunda con todas las herramientas que la policía puede usar'', declaró Saadi.
AFP-EFE






