Los tres policías condenados a prisión perpetua por matar a Ezequiel Demonty al obligarlo a tirarse al Riachuelo en 2002 tendrán esta mañana la posibilidad de mejorar los argumentos de su apelación ante la Cámara Nacional de Casación Penal.
Fuentes judiciales informaron a Télam que esa cámara es la que debe confirmar o modificar el fallo por lo que la familia de la víctima espera con "incertidumbre" la resolución de los jueces ya que desean que las condenas se mantengan como hasta ahora.
Los voceros consultados explicaron que la audiencia se llevará a cabo a las 11:30 en el primer piso de los tribunales de Comodoro Py 2002 del barrio de Retiro, donde estarán presentes la madre de la víctima, Dolores Sigampa, y su abogado querellante, José Vera.
Serán los integrantes de la Sala IV del máximo tribunal penal de la Nación, Gustavo Marclo Hornos, María José García Torres y Ana Capolupo de Durañona y Vedia, quienes escucharán los argumentos de los defensores de los ex policías condenados.
Se trata de Gastón Somohano, condenado a reclusión perpetua, y Gabriel Barrionuevo y Alfredo Fornasari, ambos prisión perpetua.
"Si dejan presenciar la audiencia voy a estar ahí porque quiero escuchar lo que van a decir", dijo hoy Sigampa en diálogo con Télam.
"Todo esto significa para nosotros, la familia, una gran incertidumbre porque ya pasaron más de cuatro años y todavía estamos en casación", expresó la madre de Demonty.
"Mi deseo como madre es que se que se mantegan las condenas que fueron fijadas por el tribunal en el juicio, que fue un fallo ejemplar", señaló la mujer.
El crimen de Ezequiel Demonty ocurrió el 14 de setiembre de 2002, cuando el muchacho de 19 años y dos amigos de 16 y 14 fueron detenidos injustificadamente en avenida Cruz y pasaje La Constancia, del barrio porteño de Pompeya.
Los tres chicos fueron trasladados en tres patrulleros de la comisaría 34 hasta la vera del Riachuelo, donde fueron golpeados y luego obligados a arrojarse al agua.
Si bien sabía nadar, Ezequiel no logró salir del Riachuelo, murió ahogado y su cadáver apareció siete días más tarde cerca del puente Victorino de la Plaza.
Télam





