L.M.
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José Corral está a mitad de camino. Hace dos años asumió el desafío de gobernar la ciudad y le quedan aún dos años por delante. Su mayor legado será, quizás, haber iniciado una política de inclusión educativa a través de los jardines maternales, “el corazón de la gestión”, como dicen puertas adentro del gobierno municipal. Pero en un contexto macroeconómico difícil, de gran incertidumbre y con altos niveles de inflación, el constante incremento de los tributos municipales y la contribución de los vecinos son “necesarios para poder hacer obras y brindar los servicios mínimos”, explica el intendente.
—¿Qué previsiones hizo, teniendo en cuenta el escenario económico actual?
—Han sido dos años difíciles, desde el punto de vista del contexto económico y van a ser difíciles los dos que vienen. Sin embargo cuando hay objetivos claros, un plan y un manejo austero y muy cuidadoso de las cuentas municipales, se pueden hacer políticas de crecimiento, aun en ese contexto.
—Por qué siempre recurre al mecanismo de contribución de mejoras para hacer obras en la ciudad? ¿No alcanzan los recursos municipales ni los tributos que ya aportan los vecinos?
—Con lo que se recauda de TGI apenas pagamos recolección de residuos, relleno sanitario, limpieza de las calles y reposición de luminarias. Pero además, hay dos motivos: por un lado es justo que los vecinos que por una obra ven incrementado su patrimonio, colaboren en proporción a su propiedad respecto de esas mejoras. Esto lo planteo en las reuniones con ellos; no es justo que recursos de todos los vecinos financien la mejora patrimonial de un pequeño grupo. Pero además nos permite hacer más obras que disfrutamos todos los ciudadanos y son en beneficio de toda la ciudad. El municipio hace su esfuerzo financiero porque paga y después cobra.
—Ahora creó una tasa vial que deberán pagar quienes patenten un auto o hagan una transferencia, para reparar los baches.
—También es justo que todos los que con un vehículo utilizamos la calle colaboremos con el costo de mantenimiento y de obras nuevas.
—Pero se incrementa la presión tributaria sobre los contribuyentes, ¿no puede esto sentar precedente para que en el futuro se creen nuevas tasas porque no hay fondos para hacer obras?
—Veremos cada caso en concreto y decidiremos qué hacer. Lo que no vamos a hacer es quedarnos de brazos cruzados porque Nación no manda plata y que la ciudad se venga abajo. Hay un reclamo de los vecinos de que arreglemos las calles y para eso hacen falta recursos y los esfuerzos tienen que ser distribuidos de una manera pareja.




