Según información obtenida en forma extraoficial, varios productores consultados indicaron que el enfrentamiento entre el titular del Senasa de Tostado y el productor rural dataría de 2006, por una denuncia que dicho productor habría realizado sobre la existencia de garrapatas en su establecimiento.
Cansado de solicitar en forma reiterada el acondicionamiento del bañadero y requerir una nueva inspección, pues la plaga persistía, hubo una primera agresión física.
También se supo que una “nueva inspección” se habría efectuado en forma accidental por un para-técnico que tenía que realizar un despacho, y que al no comprobar la existencia de la enfermedad extiende el certificado “Libre de Garrapatas”. Asimismo, el Senasa habría ordenado dos sumarios.




