El embargo, o "bloqueo" económico, que EEUU mantiene contra Cuba cumplió este sábado 45 años, mientras algunos congresistas en Washington piden su final y en La Habana están convencidos de que las cosas continuarán de la misma forma. Medios cubanos se hicieron eco a lo largo de la semana, con notas explicativas y espacios monotemáticos, del aniversario de la proclama presidencial 3447, aprobada el 3 de febrero de 1962, por el entonces gobernante de EEUU John F. Kennedy, que establecía el "embargo total" a la isla a partir del 7 de febrero. Desde entonces, el bloqueo -como lo denominan las autoridades cubanas- se ha alimentado con una compleja serie de disposiciones y leyes como la Torricelli (1992) y la Helms-Burton (1996), a las que se sumaron nuevas medidas durante el gobierno de George W. Bush, para impedir las operaciones comerciales y financieras con la isla. Como excepción, en octubre de 2000 el presidente Bill Clinton firmó una ley que autorizaba la venta de alimentos y medicinas a Cuba, siempre que el pago se efectuara en efectivo. No esperan cambios El presidente del Parlamento cubano y ex canciller, Ricardo Alarcón, estimó el jueves que mientras Bush sea presidente de EEUU no habrá modificaciones en esa política y que un relevo en la Casa Blanca tampoco hace prever que la situación "vaya a cambiar drásticamente". Enemistados hasta en la forma de denominar al conjunto de restricciones económicas, comerciales y financieras unilaterales de EEUU contra Cuba, los dos países han hecho del bloqueo un elemento eje de sus inexistentes relaciones diplomáticas y caballo de batalla en foros internacionales. Para Washington se trata de un embargo, dadas sus características comerciales, que no será levantado hasta que en Cuba no se haya realizado la transición hacia la democracia. En La Habana, la presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, Olga Miranda, afirmaba en el diario "Trabajadores", el lunes, que EEUU no acepta el término "bloqueo", porque eso es "una medida de guerra, y se empeñan en denominarlo embargo que es una disposición transitoria, de carácter judicial, para asegurar el pago de una deuda". Para algunos observadores, el bloqueo ha servido para dar a La Habana un pretexto continuo a sus errores de gestión económica y un elemento de cohesión interna frente a un enemigo común. El líder enfermo Con el líder cubano convaleciente desde hace medio año por una enfermedad que se mantiene como secreto de Estado, algunos congresistas estadounidenses ven ahora el momento oportuno para "rectificar" la política hacia Cuba. El pasado 2 de diciembre, el presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, lanzó un mensaje conciliador a EEUU y propuso "resolver en la mesa de negociaciones el prolongado diferendo" entre los dos países. Apenas quince días después, legisladores del denominado "Grupo de Trabajo sobre Cuba" del Congreso de EEUU visitaron la isla y mostraron su desacuerdo con el mantenimiento de esta política. "Lo que hemos estado haciendo durante 45 años no funcionó, no ha generado liberaciones de prisioneros, no ha hecho nada, no ha generado cambios en Cuba (...) así que debemos hacer algo distinto y lo distinto sería sentarnos y conversar", lo que no asegura que funcione", indicó entonces el demócrata Greg Meeks, integrante de aquel grupo. Nuevo proyecto Esta semana un grupo de congresistas estadounidenses presentaran un proyecto de ley que busca la eliminación de las restricciones de viajes a Cuba para los norteamericanos. Alarcón afirmó que el levantamiento de algunas de las restricciones "tendría muy escasa significación" y "no implicaría cambiar la política". Por su parte, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, descartó el miércoles el levantamiento de las restricciones de viaje a Cuba, tras afirmar que el Gobierno de la isla es el que debe iniciar un cambio democrático. Fuente: EFE.




