Lima (Perú). Terapéutico, antialérgico, excelente guardián y extremadamente cariñoso con sus amos. Así es el perro sin pelo de Perú, también llamado Viringo, una raza que pervive tal como la creó la naturaleza hace más de 2000 años.
Al conmemorarse el Día del Animal, esta curiosidad de perro -"el mejor amigo del hombre"- invita a desatar ese cariño y devoción por las mascotas.
Los dueños de estos animales aseguran que son un vicio y casi todos acaban teniendo hasta una decena de ejemplares. No desprenden pelos, no tienen pulgas, no huelen como otras mascotas de su especie y se adaptan bien a la vida en el hogar.
Calentitos
"No requieren grandes cuidados y son tan fáciles de mantener que es muy raro encontrar a alguien que tenga un solo perro de esta raza", destaca Claudia Gálvez, presidenta de la Asociación de amigos de los perros sin pelo del Perú, quien convive con una familia de ocho Viringos al completo, de cinco generaciones en total.
Pero no sólo son limpios y prácticos para tenerlos en casa por su falta de pelo, sino que su piel caliente (40 grados) los hace muy recomendables para aquellos afectados de reuma, artritis o cualquier otro problema inflamatorio que requiera calor, ya que estas mascotas funcionan como una bolsa de agua caliente, afirman los dueños.
Además, su calvicie los hace idóneos para alérgicos y asmáticos, como es el caso de Gálvez que adquirió su primer perro "calato" (desnudo) porque ella y su hijo padecen asma.
"Mi hijo mejoró su asma desde que compramos a 'Capac' porque la perrita dormía a su lado y actuaba como una estufa manteniendo la temperatura constante y evitando la humedad de la madrugada que es tan fuerte en Lima", asegura.
Según Gálvez estos canes, cuyo valor puede alcanzar los 800 dólares, son muy demandados en el extranjero donde ya hay 400 ejemplares entre EEUU y Europa, siendo Finlandia el país donde habita un mayor número de ejemplares.
Además, los Viringos ya aparecen representados en cerámicas de culturas prehispánicas tan antiguas como la Vicus, Chimú, Mochica y Chancay, y los incas los usaban con diversos fines como calmar el dolor de estómago, calentarse los pies o realizar rituales.
Tal es su valoración que el Instituto Nacional de Cultura de Perú emitió una resolución en 2001 por la que al menos un ejemplar de esta raza debe ser exhibido en todos los museos y zonas arqueológicas del país.
Así fue como la Reina Sofía se enamoró de estos perros en noviembre pasado durante su visita a las ruinas peruanas de Chan Chan (Trujillo) y solicitó al presidente de Perú, Alan García, dos ejemplares para llevarlos a España.
Recientemente se ofreció uno al presidente de EEUU, Barack Obama, ya que su hija es alérgica pero, según explica Gálvez, la propuesta no debió llegar nunca de forma oficial a la Casa Blanca y no se llegó a enviar a "Machupichu", nombre del perro elegido como mascota de la residencia presidencial.
EFE






