Gripe: es una infección de las vías respiratorias causada por diferentes virus de la gripe. Se contagia muy fácilmente de persona a persona al hablar, estornudar, toser o compartir utensilios. Se trata de casos que ocurren fundamentalmente en los meses de junio y septiembre.
Los síntomas más habituales son intensos dolores articulares, fiebre, cansancio y fatiga, escalofríos y tos seca. La tos seca puede persistir hasta 2 ó 3 semanas.
Resfrío común: Es una inflamación superficial de las fosas nasales causada fundamentalmente por virus, otras por causas alérgicas y muy pocas veces por bacterias. Los enfriamientos favorecen la aparición de resfríos y se contagia con gran facilidad.
Los síntomas son menos intensos que en la gripe, pero producen gran incomodidad, picazón nasal, estornudos, obstrucción nasal -que obliga a respirar por la boca-, mucosidad (transparente o verdosa), cambios en el olfato y gusto, fiebre moderada y malestar general y ardor de garganta.
Rinofaringitis: compromete más extensamente las vías respiratorias altas y, a diferencia del resfriado común, produce más fiebre; la congestión nasal y las secreciones (moco) son mayores. También ocasiona afonías y ronquera, dolor de garganta más intenso, tos y congestión de los ojos.
Bronquitis: cualquier virus respiratorio puede provocarla. Ocurre cuando los bronquios se inflaman y producen mucha mucosidad. Aparece con tos intensa inicialmente seca y agrega catarro blanco o amarillo después de tres o cuatro días, dolor o ardor en el centro del tórax causado por irritación de la tráquea por la tos, sensación de fatiga y puede acompañarse con fiebre.
La información fue suministrada por la Subsecretaría de Salud municipal.




