Gabriel Maximiliano Hernández, de 35 años, habría sufrido un "brote psicótico" o de locura temporaria, según analizaron psiquiatras forenses.
En diálogo con Télam, el presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP), Néstor Marchant, señaló que este tipo de crímenes suelen ser ejecutados por personas afectadas por un "estado de emoción violenta y psicosis transitoria" que se disparan por conflictos no resueltos.
Médico forense, Marchant aclaró que no tuvo acceso a la causa -que está bajo secreto de sumario-, pero por los datos que trascendieron en el ámbito judicial, infirió que lo más probable es que el hombre haya reaccionado "cruzado por un estado de alienación mental", sin medir las consecuencias de sus actos.
"En general, son personas de apariencia normal -explicó el especialista-, que sufren un brote de psicosis transitoria, sienten que se les acaba el mundo (que es lo que los rodea como la mujer y sus hijos) y la única salida que encuentran a sus problemas es matarse y matar a la familia".
Para el psiquiatra forense Alfredo Feijo, también se trataría de un brote psicótico o de locura.
Feijo precisó que frente a estos crímenes, suelen manejarse tres hipótesis: un asesino con personalidad perversa, que busca hacer sufrir a sus víctimas; melancólica, que mata para que sus seres queridos no sufran lo que sufre él (son los crímenes denominados "altruistas"); o psicótica.
"Es probable que en medio del delirio, lo persigan ideas o escuche voces", agregó Feijo -que también aclaró que no accedió a la causa- y afirmó que de las tres hipótesis posibles, se inclina por el brote de locura.
Finalmente, la psicóloga Stella Maris Rivadero, coordinadora del área de Familia y Pareja del Centro Psicoanalítico DOS, advirtió sobre los antecedentes judiciales que tenía el asesino Gabriel Hernández, de 34 años.
"No podía estar solo con los hijos y según testimonios de los familiares, era bastante agresivo", señaló Rivadero y dijo que estos datos, podrían haber funcionado como alertas del trágico desenlace.
La psicoanalista coincidió en el diagnóstico de locura que hicieron los forenses y agregó que "una persona psicótica pasa a los actos sin pensar en las consecuencias".
"No pudo tramitar la pérdida de la mujer y los hijos y entonces la vida (propia y de sus familiares), también perdió sentido para él", concluyó Rivadero y dijo que muchas veces, "no hay una intermediación simbólica donde el sujeto pueda pensar que son sus hijos y a la hora de actuar, borra cualquier cuestión afectiva".
Fuente: Télam




