Italia eligió este miércoles a Giorgio Napolitano como su nuevo presidente, poniendo de esta manera fin a un prolongado período de incertidumbre política y ahora todo conduce a que Romano Prodi se convierta en primer ministro, un mes después de vencer a Silvio Berlusconi en las elecciones generales. Napolitano, un ex comunista de 80 años y senador vitalicio, que era el candidato de Prodi, logró 543 votos de los "grandes electores" -parlamentarios y representantes regionales-, 38 más que la mayoría absoluta necesaria. El resultado supone una importante victoria para Prodi, que no puede tomar posesión del cargo hasta que el nuevo presidente esté instalado y le dé un mandato para formar un gobierno. Tras la votación, Prodi dijo que esperaba que su nuevo gobierno tomara posesión el próximo miércoles, después de que Napolitano asuma la jefatura de Estado en sustitución del presidente saliente, Carlo Azeglio Ciampi. El resultado supuso el último revés para el primer ministro saliente Berlusconi, que se había negado a respaldar a Napolitano, diciendo que sus votantes no entenderían que su bloque apoyara a un ex comunista. Sin embargo, la coalición de Prodi consiguió que se aprobara su candidato contra los deseos de la oposición después de tres rondas iniciales de votación - durante las que se necesitaba una mayoría de dos tercios - acabaran en un estancamiento político. Berlusconi reconoció a regañadientes la elección de Napolitano. "Seguimos convencidos de que la mitad del país ha sido excluido", declaró. "Este no será la voluntad del pueblo, pero le deseamos que le vaya todo bien y un buen trabajo". La victoria de Napolitano será un gran alivio para Prodi, ya que demuestra que tiene la estatura política para reunir sus fuerzas para derrotar a Berlusconi, que sigue siendo una fuerza pujante como jefe del principal partido en solitario en el Parlamento. Sin embargo, su incapacidad para lograr que su candidato fuera elegido en las primeras rondas ha subrayado los problemas que podría afrontar para aprobar su agenda política con sólo una mayoría mínima hecha de diversos partidos que van desde el centro hasta la extrema izquierda. Se prevé que Napolitano, un ex presidente de la Cámara y ministro del Interior que fue nombrado para el excepcional puesto honorario de senador vitalicio el año pasado, jure el cargo el próximo lunes como el undécimo jefe de Estado de Italia desde la Segunda Guerra Mundial. El puesto de presidente es en gran medida ceremonial, pero el jefe de Estado tiene capacidad para nombrar al primer ministro, disolver el Parlamento y devolver una ley al Parlamento. El Litoral.com / Télam




