El cineasta y escritor argentino Eduardo Mignogna falleció ayer a los 66 años en el Hospital Alemán, luego de haber permanecido internado desde el lunes pasado, pero sin que se conozcan las causas de su muerte, que los familiares mantuvieron en reserva. El lunes último, a causa de la agudización repentina de una enfermedad que acarreaba desde hacía un tiempo -que según allegados se trató del recrudecimiento de un cáncer de larga data-, Mignogna debió detener la preparación de la película y fue internado en el Hospital Alemán de esta ciudad, donde murió ayer a la mañana. "Estoy peléandola bien", le dijo hace una semana a uno de sus allegados, cuando éste le preguntó cómo llevaba su enfermedad. Los restos del cineasta son velados en una cochería ubicada en Anchorena 1394 de la Capital Federal, y serán inhumados hoy en el cementerio Jardín de Paz de la localidad bonaerense de Pilar. Nacido en agosto de 1940 en Capital Federal, Mignogna, que alternó su infancia entre los barrios de Chacarita y Parque Chas, comenzó su carrera en la literatura con los relatos "En la cola del cocodrilo" (1971) y "Cuatrocasas" (1975) y debutó como realizador cinematográfico con "Evita, quien quiera oír que oiga", en 1982, una cinta que contó a Flavia Palmiero como protagonista y que relataba la llegada de una joven Eva Duarte a Buenos Aires. "Hacer cine es un vicio y una pasión, un trabajo, un empecinamiento, un juego delicioso, el pretexto para conocer personas y ciudades, probar comidas y vinos", señaló en algún reportaje el realizador, que nunca pecó de presumido y que fue, posiblemente, uno de los más férreos críticos de su propio trabajo. Caracterizado por un cine que delató siempre su pasión narrativa, con historias que mezclaron desde la comedia, al drama y el suspenso y una mano especial para la dirección actoral, su filmografía incluye títulos como "Cleopatra", "El viento" y "Flop". Además de una reconocida carrera como realizador cinematográfico, que galardonó con numerosos lauros y distinciones internacionales y que lo llevó a convertirse en uno de los más reputados cineastas argentinos en España, Mignogna también recogió distinciones en el plano de la literatura. Por sus escritos, obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1976 por "Cuatrocasas" y en 1999 fue distinguido con el Premio Emecé por su libro "La fuga", que posteriormente llevaría a la pantalla grande, con actuaciones de Miguel Angel Solá, Ricardo Darín y Gerardo Romano. "Soy de familia de inmigrantes, seguramente cargada de secretos o de verdades reveladas a medias. Provengo de una tierra de hombres toscos, rudos, bastante ignorantes, pero que tienen bondad, ética y hospitalidad", dijo en determinada oportunidad el artista. Además de sus trabajos en cine y literatura, Mignogna incursionó también en el formato televisivo, donde realizó documentales y programas de ficción, como "Retratos firmados" y la miniserie de cuatro capítulos "Horacio Quiroga, entre personas y personajes". De 1986 es su telefilme "Mocosos y Chiflados", que poniendo en tensión los géneros documental y ficción rescató la historia de dos murgas del barrio de Liniers y se convirtió en un material de consulta ineludible para los cultores del carnaval porteño, género popular que años después vivió un fuerte resurgimiento. Apegado a los placeres de la vida, consecuente con un destino artístico que plasmó tanto en la literatura como en el cine, casado y con tres hijos, el fallecimiento de Mignogna, en plena tarea creativa, repercutió hoy hondamente en el ambiente cultural argentino. Fuente: Télam




