Por Ignacio Andreychuk - [email protected] Falta muy poco para que el 2006 llegue a su fin. Durante todo el año, en Colón se dio una secuencia de hechos deportivos e institucionales que se prestaron al al análisis. Y Germán Lerche, el presidente a partir del segundo semestre, confesó las pequeñas modificaciones que le generó la situación de ser la máxima autoridad sabalera, justo en una temporada en la que los resultados del fútbol quedaron del lado del debe. Entonces, no suena ilógico escuchar una frase tal como: "Estar al frente de un club es más difícil que manejar a toda la ciudad", dicho por el propio titular rojinegro. No se discute que ser dirigente de alguno de los clubes santafesinos que actúan en las dos categorías más importantes de la Asociación del Fútbol Argentino es costoso en todo aspecto. Desde el estado de tensión que genera la vorágine de una presidencia -sea cual sea- hasta la exageración de tiempo que demanda tal cargo debe producir alegrías y tristezas. Regocijo y decepciones. Bienestar con el mundo y malestar con la vida. Lamentablemente, la competitividad es uno de los mayores obstáculos a sortear. Porque no todas las palmadas en la espalda son un "que tengas suerte"... ni una manera de brindar contención. Todo lo contrario: hay gente que se acerca para echar su "maldición" (así están los tantos de la cotidianidad humana). Sólo por el hecho de que la envidia es moneda corriente. Y hay que "remarla". Contra todos. Contra todo. "No me sentí sobrepasado por las cosas que pasaron en este tiempo, pero sí hubo veces en las que tuve ganas de internarme solo, de quedarme a respirar hondo durante un tiempo", comentó Germán Lerche, durante una charla exclusiva con El Litoral. Hablemos de salud Con respecto a la especificidad del cuerpo, de las modificiones hasta orgánicas que se dan en el interior de cada uno, a veces los balances no son tan auspiciosos. Menos aún, en determinados momentos el espejo o los comentarios cercanos en torno de la fisonomía generan un alerta mayor, capaz de extralimitar planes de emergencia para "salir del paso". "La verdad es que noté cambios en mi salud, modificaciones que me perjudicaron. Por ahí, engordaba sin comer demasiado o tenía la necesidad de estar solo un tiempo. Cuando llegamos, el club era un caos. No me imaginé que era para tanto. Pero en estos meses le cambiamos el aspecto" , manifestó un Germán Lerche ya más tranquilo por la proximidad del cierre de año. El presidente de Colón también se refirió al tema numérico. La escuadra sabalera despidió a la competencia del 2006 con una baja producción y hasta navegó en lo profundo durante algunas jornadas. "No pienso en el tema del descenso. Soy optimista por naturaleza y tengo las expectativas de que el próximo año haremos un torneo bárbaro. Sí es verdad que no nos fue bien, pero el equipo tiene todas las condiciones para hacer una gran temporada. No por nada mantuvimos al cuerpo técnico actual, porque consideramos que ellos son los indicados para llevar adelante este proyecto". Lo que viene -¿Cuál es la idea para el 2007, en todos los aspectos del cub? -Primero queremos mejorar algunas cuestiones propias del funcionamiento de la entidad e intenficar otras. Nuestro proyecto arrancó con la idea de sembrar a futuro. Ojalá que podamos estar a la hora de la cosecha, si no, que lo hagan los que vengan.




