El fiscal federal de Bahía Blanca, Hugo Cañón, admitió hoy su temor por una eventual salida del país del ex teniente coronel Julián “Laucha” Corres, quien se fugó el sábado de una delegación de la Policía Federal de Bahía Blanca, y calificó como “inaceptable” el trato que el detenido mantenía allí con sus guardias.
Cañón destacó que “frente a lo ineludible que son los juicios, se busca eludirlos ya sea con suicidios, entre comillas, como el de (Héctor) Febrés (quien apareció sin vida dentro de una celda de la delegación Tigre de la Prefectura Naval), o estas fugas, que son muy sospechosas”.
En declaraciones a radio Continental, el fiscal evaluó que “son inaceptables las versiones que se dan” en la comisaría de Bahía Blanca, donde estaba detenido Corres.
“Es inaceptable que no existiera un libro de guardias donde se asentaran las visitas, es inaceptable que tuvieran una promiscuidad total policías y represores, tomando mate en conjunto, cocinando en un lugar abierto”, prosiguió.
Cañón se quejó de que se enteró de la fuga “muchas horas después de ocurrido el hecho. No se ha determinado con precisión a qué hora ocurrió, si a la 1 ó 2 de la mañana, o a las 6”, y ratificó que se detuvo “a dos de los policías más involucrados”.
También se preguntó “por qué motivo estuvo acá en Bahía Blanca después de tres meses de haber sido indagado. El 25 de junio se ordenó su traslado a institutos penales de Campo de Mayo. Pasó un mes sin que se efectivice esto”.
“Algunos lo atribuyen al Servicio Penitenciario Federal, que carecía de móviles, pero es esa suma de circunstancias que se van sumando que coinciden con el comienzo de la feria judicial, con el comienzo de las vacaciones de invierno, con que el juez está de licencia, con la condena a (Luciano Benjamín) Menéndez, y yo, a esta altura de mi vida, creo cada vez menos en las casualidades y más en las causalidades”, dijo.
El fiscal ratificó que “por eso estamos viendo las connivencias internas y externas que pudieron existir para que esta fuga se produjera”.
“Se dispuso un cerrojo en los aeropuertos, a nivel de fronteras, con migraciones. Pero todo esto fue diez o doce horas después de haber desaparecido del lugar. Tuvo mucho tiempo como para refugiarse en un lugar interno de la Argentina, o salir al exterior”, agregó.
Corres, quien estaba detenido a la espera de un juicio por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, se fugó durante la madrugada del sábado de la dependencia de la Policía Federal ubicada en Rondeau 189, entre Vieytes y Güemes, a sólo seis cuadras de la Municipalidad de Bahía Blanca, presuntamente después de ir al baño.
Corres, de 56 años, había sido detenido en la Capital Federal por Interpol el 3 de abril, luego de permanecer prófugo durante casi 18 meses, cuando salía de un edificio de Uruguay y Córdoba, en la zona de los Tribunales porteños.
Tras su apresamiento, el ex militar fue llevado a Bahía Blanca, pues, según admitió ante la Justicia, durante el año 1976 fue el encargado del centro clandestino de detención “La Escuelita”, que funcionó en el Comando del V Cuerpo del Ejército de aquella ciudad bonaerense.
El ahora prófugo nació en Córdoba en 1952 y egresó del Colegio Militar a fines de 1974 en el arma de infantería y luego se especializó en Inteligencia.
Fuente: DyN




