Por Mariana Rivera
Nuestra ciudad y muchas otras poblaciones de la región y la provincia se vieron afectadas por las consecuencias de las intensas lluvias que precipitaron en los últimos días. Al igual que durante la inundación que sufrimos los santafesinos en el año 2003, hoy son muchos los riesgos que corre la población de contraer enfermedades o infecciones transmitidas por alimentos, agua u objetos contaminados.
Las autoridades sanitarias vienen difundiendo recomendaciones, a través de cartillas informativas, con las prevenciones a tener en cuenta por los responsables de los centros de evacuados y destinados a la población en general.
Las principales enfermedades infecciosas que se transmiten por la ingesta de agua y alimentos contaminados con gérmenes o por contacto con objetos que son vehículos de ellos son la diarrea, la gastroenteritis y la hepatitis A.
Los gérmenes se eliminan con la materia fecal de los portadores o enfermos y la infección se produce por la ingesta involuntaria de inóculos que, por su volumen, son capaces de superar las barreras naturales del organismo (principalmente el jugo gástrico) y desencadenar los síntomas propios de cada enfermedad.
La forma de contagio más común de estas enfermedades está dada por la cadena de transmisión "ano-mano-boca". Por eso, la forma de interrumpirla es con algo que parece simple: lavarse las manos. Por eso, las autoridades sanitarias recordaron algunas pautas a tener en cuenta para realizar esta práctica:
-Preparar una jabonada: rallar jabón en panes (es el mejor desinfectante para este menester), diluir 1/3 del pan en 1,5 litros de agua, y colocarlo en una botella de gaseosa utilizable como dispensador (hacer en la tapa un pequeño orificio con un clavo caliente). Otra alternativa es utilizar directamente la ralladura colocándola en recipientes fijos ubicados cercanos a los lavabos.
-Cuando se utiliza la jabonada hacer que la persona ahueque sus manos y verter un chorro, haciendo que se refriegue la solución por toda la superficie.
-Enjuagar con abundante agua.
-Implementar el lavado de manos inmediatamente antes del ingreso al comedor e inmediatamente después de que haya utilizado el baño.
-Implementar el lavado de manos antes de la preparación de alimentos, reiterando varias veces durante la elaboración y antes del servido, a todo el personal de comedores que manipula alimentos.
Respecto del uso e higiene de baños, aconsejaron:
-En la medida de lo posible, seleccionar uno o dos baños para cada sexo, destinados exclusivamente para defecar, de manera de facilitar la higiene. Implementar la norma de que las personas que deseen defecar utilicen únicamente los baños seleccionados.
-Lograr que el responsable higienice los baños seleccionados con la frecuencia establecida, pasando una rejilla impregnada en agua con lavandina (sin detergente) a dilución correcta (un pocillo de lavandina concentrada, diluida en 10 litros de agua), sobre las paredes interiores hasta 1,5 m de altura, superficie exterior del inodoro, puertas y picaportes, botón del depósito de agua o cadena, grifo y lavabos donde se efectúa el lavado de manos al salir de dichos baños.
- Realizar la higiene general: baldeado de pisos con agua y lavandina sin detergente a dilución correcta (como antes se indicó).
Limpieza de viviendas
Luego de las intensas lluvias que anegaron diferentes barrios de nuestra ciudad y otras poblaciones, el espacio público presenta un alto grado de contaminación a través de la acumulación de residuos, los animales muertos y las aguas estancadas, que está siendo minimizado. Asimismo, las viviendas presentan suciedades acumuladas, humedades y residuos orgánicos en paredes y demás superficies, además de un riesgo latente en instalaciones eléctricas y terrenos socavados por el agua.
En este sentido, los ministerios de Salud de la Nación y de la provincia recomendaron seguir algunas indicaciones para prevenir accidentes en el retorno a los domicilios y realizar una correcta limpieza de las casas:
Higienice la vivienda utilizando una taza de lavandina por cada balde de agua limpia (aproximadamente 15 litros). No manipule artefactos eléctricos mojados, ni intente conectarlos si las paredes o el piso están mojados. No coma ningún alimento ni consuma medicamentos que hayan estado en contacto con las aguas de la inundación. No beba agua de los aljibes o pozos, puede estar contaminada. Beba sólo agua embotellada o en su defecto hervida. Retire lo más rápidamente posible los animales muertos, alimentos en mal estado, productos químicos, etc. Evite caminar por zonas que permanecen inundadas. No se acerque a postes o cables de electricidad. Concurra al Centro de Salud más cercano a su domicilio ante cualquier problema de salud.
Vigilancia epidemiológica
Apenas se inició la emergencia pluvial, la cartera sanitaria provincial dispuso la realización de la vigilancia epidemiológica de la población, apuntando a detectar, prevenir o tratar enfermedades como meningitis, hepatitis, enfermedad febril eruptiva, coqueluche, enfermedades de transmisión alimentaria, enfermedad febril inespecífica (hantavirus, leptospirosis, Fiebre Hemorrágica Argentina, triquinosis), entre otras.
También enfatizó el trabajo para completar los esquemas de vacunación en niños; aplicar la vacuna Doble en adultos para la prevención del tétano, debido a que en las catástrofes hídricas, los accidentes más frecuentes son las cortaduras y lastimaduras. Otra de las tareas encaradas fue la quimioprofilaxis preventiva para evitar contraer leptospirosis, con el antibiótico recomendado a las personas que estén o hayan estado en contacto con agua de la inundación durante un período prolongado. Dicho operativo dará inicio prioritariamente en los centros de evacuados y luego en los domicilios particulares de quienes regresaron a sus hogares.
También tuvo a su cargo la reorganización del trabajo de los psicólogos que venían trabajando en efectores de salud del cordón oeste y norte de la ciudad, ante la apertura de los centros de evacuados o la reubicación de los afectados.
Entre uno y dos profesionales trabajaron en la mayoría de los centros, a excepción de los de mayor número de personas, donde se formaron equipos de tres o cuatro profesionales, integrados por psicólogos y terapistas ocupacionales.






