La droga llega por vía aérea desde Bolivia y el Paraguay. Los aviones aterrizan en vastos descampados del sur de Santiago del Estero, en pistas transitorias o incluso improvisadas. La mercadería, con la colaboración de integrantes de la policía de esa provincia, sigue camino por tierra hacia Santa Fe, Córdoba, Mendoza y el conurbano bonaerense. Un traficante arrepentido se lo confesó al juez federal de Reconquista, Virgilio Palud, quien ocupa el lugar de Eduardo Fariz, sometido actualmente a juicio político por irregularidades que, entre otras cosas, remiten a su actuación en causas relacionadas con la droga. La investigación de la justicia federal llevó a la detección de 12 sitios utilizados para los aterrizajes -aunque, según confió Palud a El Litoral, los lugares aptos son ``innumerables''- y a que fuesen detenidas cinco personas, dos de ellas policías de Santiago del Estero. Testimonios e inspecciones El procedimiento comenzó el 8 de octubre pasado, después de que un narcotraficante fuera detenido en Ceres. Indagado por el juez Palud, reveló la ubicación de algunos sitios de aterrizaje y la participación de policías para facilitar las actividades de narcotráfico. Palud solicitó las escuchas de la Side y se contactó con las autoridades santiagueñas, lo que llevó a las detenciones apuntadas. La Policía Federal colaboró en la búsqueda de las ``pistas'' y Drogas Peligrosas aportó elementos para establecer la conexión santiagueña. Según el diario Clarín, uno de los policías imputados había sido enviado el año pasado, en setiembre, a la ciudad de Selva, a 15 kilómetros de Ceres, para investigar presuntas actividades de narcotraficantes. Allí fue grabado por la Side cuando hablaba con otro sujeto de ``voltear'' a un narco arrepentido detenido en Reconquista, porque les estaba ``arruinando el negocio''. El magistrado aseguró que ``son innumerables'' los lugares aptos a tal efecto. Con el agravante de que, como se trata de descampados, es muy difícil ocultar vehículos para interrumpir la descarga de mercadería de las avionetas. Por ello, lo más factible es aguardar e interceptar las camionetas cargadas. Palud reconoce la amplitud del problema, a la vez que disiente con la Jefatura de Policía de la Provincia en cuanto a que las pistas estén ``controladas''. ``No podemos hablar de pistas. Cualquier descampado es apto y los lugares son innumerables'', aseguró. Toda la información en la edición vespertina de El Litoral




