Cientos de sunitas iraquíes volvieron a manifestar hoy su enojo y pesar por la muerte en la horca de Saddam Hussein, mientras que el gobierno prometió investigar un video en el que se ve al ex presidente cuando es ejecutado y sometido a burlas por sus guardias chiítas. Las autoridades dijeron temer que la violencia sectaria que tiene a Irak al borde de una guerra civil pueda agravarse tras la difusión de ayer del video, al parecer grabado con un teléfono celular, en el que se ve la ejecución de Saddam y a encapuchados que corean el nombre del clérigo chiíta Moqtada Al Sadr. Considerada por Estados Unidos un hito en el camino de Irak hacia la democracia, la ejecución de Saddam parece haber profundizado las divisiones en el país. Un miembro del principal bloque parlamentario sunita dijo que las imágenes de los guardias chiítas que se burlaban de Saddam en la hora de su muerte perjudicarán los esfuerzos del gobierno del premier chiíta Nuri Al Maliki de reconciliar a los iraquíes. "La gran cuestión ahora es cuán serio es el gobierno en su llamado a la reconciliación nacional. Ahora lo tiene que probar", dijo el diputado Saleem al-Jibouri, del partido sunita Frente del Acuerdo Iraquí, citado por la agencia de noticias Ansa. Pese a ser minoría frente a los chiítas en Irak, los sunitas dominaron el gobierno durante la época de Saddam como presidente (1979-2003). Los chiítas pasaron a controlar el poder tras el derrocamiento del presidente por Estados Unidos, en 2003. Pese a apoyar a la insurgencia sunita antiestadounidense y antichiíta, la mayor parte de los sunitas no formaba parte de la lucha armada, pero se teme que el ahorcamiento de Saddam mueva a algunos de ellos a cambiar de idea y a sumarse a los rebeldes. La tumba de Saddam en su localidad natal de Awja, cerca de la norteña ciudad de Tikrit, atrajo hoy a cientos de personas más, como ocurre desde su entierro en el lugar, el domingo pasado. Varios cientos de personas marcharon por la norteña Mosul con retratos de Saddam y pancartas que lo proclamaban como héroe, en una repetición de manifestaciones que en los últimos días se sucedieron en barrios sunitas de Bagdad y otras ciudades. Un asesor del premier Maliki prometió investigar cómo pudo grabarse el video con la ejecución y las burlas a Saddam. "El gobierno iraquí investigará qué pasó. Esta operación debió haberse hecho con los estándares más altos de disciplina y de respeto por el condenado, tanto cuando estaba vivo como ahora que ya está muerto", dijo el portavoz gubernamental Judayer Al Juzai.




