Edgardo Bistoletti juró este mediodía como Defensor del Pueblo, en una controvertida sesión -o reunión de cámaras, según quien lo diga- que no contó con la presencia de los legisladores reutemanistas, aunque sí del sector justicialista encabezado por Luis Rubeo.
“Presidente, no hay quórum” sostuvo el secretario legislativo del Senado, Diego Giuliano -concejal electo de Rosario por el justicialismo-, aferrándose a la interpretación de que la ocasión exigía la presencia de número suficiente de legisladores de cada una de las cámaras. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Di Pollina, consideró que la reunión estaba habilitada y siguió adelante; aunque Giulano se retiró, en disconformidad.
Más allá de consideraciones políticas, la disparidad de criterios se debió a la ambivalencia del texto del art. 6 de la ley 10.396, que en 1989 creó la figura del Defensor del Pueblo. Textualmente, sostiene que “el Defensor del Pueblo tomará posesión de su cargo ante las autoridades de ambas Cámaras, reunidas conjuntamente, prestando juramento de desempeñar debidamente el cargo”.




