María Claudia Albornoz es trabajadora de la salud e impulsora del grupo de Facebook: “Queremos refugios para mujeres víctimas de violencia en Santa Fe”. “El año pasado, para esta fecha, acompaño en mi rol de trabajadora de la salud a una vecina que llega con una situación de violencia al Centro de Salud de barrio Chalet. Después de muchas horas y de pasar por distintas oficinas, nos volvimos al barrio con un papel y dos números de teléfono. La mujer volvió a su casa con el serio riesgo que corría su vida y la de sus hijos. La única opción que había era una especie de refugio en el Hospital Sayago, donde no había lugar (allí meten a ancianos, gente que está en situación de calle y personas con problemas de adicciones: un verdadero desastre)”, cuenta.
“Así llegamos a mi casa y escribo en la red social una queja sobre la revictimización a la que son expuestas estas mujeres. Rápidamente la gente se hizo eco de esta situación y pasamos de la virtualidad a acciones concretas: el 25 de noviembre (Día de la No Violencia contra las Mujeres ) reunimos dinero e imprimimos calcos, y salimos a repartirlos en la peatonal. Después armamos un petitorio y lo entregamos a la Municipalidad con más de 600 firmas, y así se formó un expediente, recibido el 28 de diciembre de 2011 de manos de la secretaria de Gobierno, Adriana Molina, previa reunión con la responsable del área Mujer de la Municipalidad, Marta Fassino. Logramos instalar el tema, muchos medios periodísticos se hicieron eco”, cuenta. Todavía esperan respuestas.
Proyectos
El diputado justicialista Pablo Dibert presentó un proyecto que plantea la necesidad de crear tres casas de refugio, ubicadas estratégicamente en Rosario, Reconquista y Santa Fe, que sirvan de albergue seguro -de manera temporal- a las mujeres e hijos menores de edad a su cargo, víctimas de violencia familiar y sexual.
El proyecto está siendo tratado actualmente en comisiones. “Visité dos refugios: uno en Laguna Paiva, que cumple funciones varias, pero hacen un trabajo brillante y desde el corazón. El otro es en Reconquista: ayer fui hasta allá y me encontré con la sorpresa de que lo habían cerrado”, aseguró el legislador.
Son muchas -imposible saber cuántas- las que no se animan a salir. Está claro que los refugios son una solución transitoria, que el cambio va mucho más allá. Pero con un lugar adonde caer, sería quizá más fácil para ellas tomar el envión para saltar el cerco del terror.






