Aulas desiertas en escuelas públicas de la ciudad. Fue el panorama que comprobó El Litoral en una recorrida por distintas establecimientos, donde la adhesión al paro fue total en las estatales. En las privadas, en cambio, el escenario resultó disímil, con algunos colegios vacíos y otros con actividad plena.
En su recorrida, El Litoral sólo encontró a los porteros en la secundaria Domingo Silva que aprovechaban el vacío para baldear el patio escolar. En la primaria Beleno directamente no salió nadie a atender. Por las ventanas, se podían ver escobillones y trapos de pisos, pero ni un rastro de actividad de niños o docentes.
En la Moreno, de barrio Candioti, llegaba una mamá a traer a sus hijos al Club de Niños Pintores, porque clases no tenían. “A lo mejor cobran poco los maestros, pero me pregunto ¿por qué siempre los paros para solucionar conflictos?”, se quejó.
Entre los privados, El Litoral encontró al La Salle e Inmaculada en plena actividad escolar. En el primero de los mencionados sólo faltaron “2 ó 3 maestros en el nivel primario y la misma cantidad de ausentes en el secundario”, dijo el rector Pascual Alarcón. Sobre el paro opinó que “los docentes tienen derecho a reclamar aunque también es comprensible la postura del gobierno ante la falta de dinero. Es una puja y hay que ver si aquí se prioriza la educación”.
En el Inmaculada, el nivel inicial estuvo completo, y sólo faltaron 5 docentes de un total de 60 en el primario, y apenas 2 profesores del secundario adhirieron al paro.
La postal era totalmente diferente en el colegio Calvario donde, democráticamente, los docentes votaron si se sumaban o no a la huelga. Hubo 57 votos a favor contra 14 que querían dar clases. Como consecuencia, el histórico colegio estaba completamente vacío.




