Un multitud se congregó esta noche en la Plaza de Mayo de esta capital para reclamar la aparición con vida de Jorge Julio López, el sobreviviente de la dictadura y testigo del caso Etchecolatz del cual no se tienen noticias hace 19 días, y exigir al unísono "no a la impunidad, no al miedo y sí a la Justicia". "Buscamos Verdad, buscamos Justicia, buscamos a Julio" fue la consigna que unió a miles de asistentes que desfilaron sobre la avenida de Mayo, desde la 9 de Julio hasta el tradicional paseo, para sumarse a la convocatoria de organizaciones de derechos humanos. Hasta el presidente Néstor Kirchner, desde Chubut, apoyó la marcha para que, dijo, "no haya más impunidad" y "haya memoria", mientras funcionarios nacionales y provinciales, sindicalistas, piqueteros, artistas y estudiantes, entre otros ciudadanos, participaron de la movilización. Fue difícil llegar hasta el palco central instalado de espaldas a la Casa de Gobierno: no sólo por la cantidad de gente sino porque -incluso a través del micrófono- hubo que pedirle a varios referentes bonaerenses que corrieran sus columnas del carril central de la Avenida de Mayo. Eran reconocibles a simple vista: amplios carteles y pancartas los identificaban como "movimiento kirchnerista" y por los nombres de intendentes bonaerenses, pese a que se pidió que no hubiera identificaciones partidarias. Minutos antes de las 20, las líderes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y de Abuelas de Plaza de Mayo lograron llegar hasta el colmado palco instalado cerca de la Rosada, que amenazaba con caerse por la cantidad de gente que quería subir. "Ahora, ahora/resulta indispensable/aparición con vida y castigo a los culpables", cantaron organizadores y asistentes. Luego los actores Leonor Manso y Daniel Fanego anunciaron el mensaje: "La aparición con vida de Julio López" y "el juicio y castigo a cualquier violación de sus derechos humanos". Y advirtieron: "Hoy más que nunca seguiremos adelante con los juicios para lograr cárcel común para los genocidas", frase que mereció el más fuerte de los aplausos escuchados en el acto. Luego, Fanego leyó el poema del escritor chileno Pablo Neruda y el publico acompañó los versos donde se pronunciaba la frase que dio título a la obra: "Pido Castigo". Junto a la presidenta de Abuelas, Estela Carlotto, Tati Almeyda, de las Madres, tomó el micrófono y reclamó que se "gritara fuerte: 'Buscamos verdad, buscamos Justicia, buscamos a Julio; por los 30 mil desaparecidos, presente, ahora y siempre". Luego, llamó a desconcentrarse "en forma pacífica" para "no arruinar esta fiesta". Entre otros, estuvieron el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, quien aseguró que el lunes se reunirá el Consejo Federal de su área para "extremar la búsqueda en todo el país" porque "a medida de que no aparece hay una preocupación en aumento y todas las hipótesis están abiertas". López (77) fue secuestrado ilegalmente en 1976 y llevado a un centro clandestino de detención donde fue torturado y presenció el fusilamiento de una de sus compañeras, Patricia Dell'Orto. Su testimonio fue clave en el juicio al represor Miguel Etchecolatz, el primero realizado tras la anulación de la Obediencia Debida y el Punto Final. El 18 de setiembre pasado, 24 horas antes de que Etchecolatz fuera condenado a reclusión perpetua, López salió de su casa del barrio platense Los Hornos y nadie supo más de él, pese a la a cruzada de búsqueda lanzada desde el Estado. Los organizadores de la marcha prefirieron no aludir, al menos en el acto, a la teoría del secuestro por parte de grupos vinculados a la dictadura que buscaría amedrentar a futuros testigos en juicios y la política oficial de derechos humanos. El gobernador Felipe Solá -que ayer dijo que la desaparición de López fue orquestada por "residuos de la dictadura" contra él y el presidente Kirchner- no fue a la marcha pero envió a su gabinete, excepto el ministro de Seguridad, León Arslanián. Entre los políticos también estuvieron el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y su antecesor, Aníbal Ibarra. La mayoría de las banderas era de sectores oficialistas, como el Frente para la Victoria y diferentes ramas del PJ bonaerense. Entre esas columnas un grupo de jóvenes trató insistentemente de llegar hasta el vallado principal, situación que hizo temer que se desataran incidentes. Al final el grupo entonó el clásico "el que no salta es un milico" y Almeyda dijo: "las Madres y las Abuelas no podemos saltar por razones obvias pero queda claro de qué lado estamos".




