Germán de los Santos
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Corresponsalía Rosario
Desde el 13 de febrero pasado comenzó a regir en Rosario un plan de carriles exclusivos en cuatro calles del microcentro en un horario que va desde las 8 a las 20. Desde un principio el proyecto generó reacciones disímiles. Los comerciantes de la zona de carriles exclusivos mostraron resistencia con el argumento de que sus ventas bajaron porque los vehículos no pueden estacionar en estas arterias. Esta postura derivó en que el municipio analice opciones para flexibilizar el horario de los carriles. Pero el planteo de fondo de la Municipalidad es según reconoció el secretario de Gobierno Fernando Asegurado “generar dificultades para que los autos no entren al centro”. La intendencia apunta a reducir la enorme cantidad de autos, camiones y motos que ingresan al núcleo de la ciudad: 270 mil rodados por día. Si no se baja este número el “caos” en el tráfico continuará.
La visión de los dueños de los negocios contrastó con la mirada de los representantes de las vecinales ubicadas fuera del centro que se manifestaron a favor de la medida porque según reconocieron se redujo notablemente el tiempo que tarda un colectivo para llegar desde los barrios al centro por estas calles. Incluso las vecinales pidieron ampliar los carriles exclusivos a otras arterias.
Según una evaluación que hizo el municipio a tres meses, se redujo en un 30 % los tiempos de viaje de las 17 líneas de ómnibus que circulan por estas cuatro calles, que representan el 40 por ciento del total de líneas e implican por día más de 200.000 viajes. La velocidad de los taxis de acuerdo al relevamiento creció entre un 10 y 14 % y se redujo en un 60 % la cantidad de accidentes.
Lo que ocurrió también es que tras la campaña de difusión que hizo la intendencia para explicar el nuevo sistema, el cumplimiento de las nuevas reglas de tránsito en el microcentro fue “muy satisfactorio”. Durante un mes hubo agentes de tránsito en las calles para controlar y explicar cómo funcionaban los carriles y a fines de marzo se empezaron a labrar las infracciones.





