El crimen de María Luisa Sánchez se consumó el lunes 20 de julio. Esa tarde, en el paraje rural que habían elegido para ahorcarse Hugo Hurt se encargó de preparar las sogas, para que pendieran de una rama que pudiera soportar el peso de ambos; borraron los mensajes de texto de sus celulares y en un momento determinado ella le dijo que iba a sufrir mucho ahorcada y “le pide que la mate a palos”, indicó una fuente del caso.
Entonces “seleccionan una vara de madera, ella se arrodilla y él la golpea en la nuca. Después le da dos palazos más”. Al advertir que no respiraba fue hasta el árbol, mete la cabeza dentro del lazo que había preparado para él, pero no se anima a matarse.
Desesperado por lo que había hecho, tal vez por la falta de coraje o por no haber cumplido con la promesa, se dirige a su casa del barrio Obrero, donde cuenta lo ocurrido. Momentos después la policía de la Comisaría 2da. de Romang se lo llevó detenido ante el asombro de familiares, vecinos y curiosos.





