Los restos del legendario empresario Jorge Antonio, uno de los hombres más cercanos al extinto Juan Domingo Perón, y de los más influyentes en el mundo económico y financiero de la era del fundador del justicialismo, fueron inhumados en el cementerio Jardín de la Paz de Pilar. Jorge Antonio falleció el domingo pasado a los 89 años, luego de una década de haber mantenido un muy bajo perfil y de prácticamente haber desaparecido de la escena nacional. El empresario, dueño de una importante fortuna, pero además de una invalorable información pública y confidencial sobre la historia del peronismo, fue inhumado ayer en una ceremonia privada. A Antonio se lo sindicó como uno de los testaferros vernáculos del dinero nazi que llegó al país para ser lavado luego de la Segunda Guerra Mundial. Incluso, y como parte de ese trato, también habría sido partícipe de un sistema que acogió a criminales de guerra responsables del Holocausto. El mismo reconoció en un reportaje reciente que sabía quién era Adolf Eichman mientras éste trabajó en la fábrica que él controlaba. Una de sus últimas actividades difundidas que conoció la opinión pública fue su intervención en emprendimientos económicos durante el gobierno de Carlos Menem. Dicen que Antonio fue el primero en relacionarse con el magnate siempre sospechado Monzer Al Kassar y quien le abrió las puertas del poder en los 90. Además, sus empresas fueron investigadas por vínculos con el BCCI, el desaparecido banco de Gaith Pharaon.




