El presidente de Boca Juniors, Pedro Pompilio, falleció hoy víctima de una paro cardíaco, a los 55 años de edad, y su muerte provocó gran conmoción en la entidad de la ribera como en todo el ambiente del fútbol argentino.
La familia de Pompilio, según le confirmaron a Télam desde la entidad de la ribera, decidió que no se haga ningún tipo de velatorio, pese a que la dirigencia xeneize le ofreció que se lleve a cabo en La Bombonera.
Asimismo, la familia pidió que no se envíen coronas, ni nada por el estilo, y que la gente que pensaba hacer eso done el dinero de lo que iban a gastar en UNICEF.
Los restos de Pompilio serán enterrados mañana, en horario matutino, en el cementerio El Campanario, de Florencio Varela.
Pompilio había asumido la conducción de la entidad de la ribera en junio de este año pasado, luego de ganar las elecciones por un amplio margen.
En ese momento se había transformado en el principal impulsor del regreso de Juan Román Riquelme al club y fue el principal defensor de incluir a los juveniles en el equipo de primera división.
Durante su extensa trayectoria en Boca Juniors ocupó cargos directivos en varias etapas, colaborando primero con Antonio Alegre, y luego fue vicepresidente durante la gestión en Boca del actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y ahora su mandatado finalizaba en 2011. Su sucesor será el vicepresidente primero Jorge Amor Ameal.
Mientras Pompilio fue vicepresidente de Boca, junto con Macri, el club obtuvo los torneos Apertura de 1998, 2000, 2003, y 2005; Clausura, 1999 y 2006.
En el plano internacional, logró la Copa Libertadores de América 2000, 2001, 2003 y 2007; la Copa Intercontinental 2000 y 2003; la Copa Sudamericana 2004 y 2005, y la Recopa Sudamericana 2005, 2006 y 2008.
Pompilio murió en su casa de Bernal y dejó en Norma, su esposa, y en Leandro y Natalia, sus hijos, el legado imborrable de haber sido un directivo ejemplar, quien en los momentos más críticos de Boca Juniors hasta puso dinero de su bolsillo para acompañar el salvataje del club que amaba.
Pompilio tenía previsto viajar la semana próxima a Italia, para negociar con Genoa, que estaba interesado en el juvenil Joel Acosta, y había sufrido, hace unos diez años, un problema cardíaco, por lo cual, recientemente se había realizado estudios médicos.
Ayer estuvo, como siempre lo hacía cada vez que jugaba Boca, presenciando del triunfo del equipo de Carlos Ischia. Como era un presidente muy querido por el plantel, el juvenil Pablo Mouche, le regaló su camiseta tras convertir el gol de la victoria.
"Me enteré de la noticia a través de un canal de televisión, y tengo un disgusto muy grande, una tristeza enorme", expresó el ex presidente de Boca Juniors, Antonio Alegre, cuando conoció la infausta noticia.
Por su parte, el rival de Pompilio en las últimas elecciones, el dirigente Roberto Digón, manifestó a Télam que "Pompilio vivía para Boca y su familia".
"Y jamás voy a olvidar el abrazo que nos dimos cuando Boca fue campeón en Japón, en 2000, cuando se le ganó al Real Madrid", expresó Digón que fue opositor de Pompilio en los comicios internos del club.
Pompilio, en un reciente reportaje que concedió a Télam, reveló que desde niño fue hincha de Boca Juniors, pese a que vivía en el partido de Avellaneda, donde abundan los simpatizantes de Racing Club e Independiente.
"Prácticamente desde que nací fui hincha de Boca. Y el mejor regalo de mi vida lo recibí un 6 de enero, cuando era muy chico y recibí la camiseta de Boca, el pantalón y las medias. No lo podía creer y apenas me entregaron el obsequio salí corriendo para ir a mostrarle a los chicos del barrio que yo también era de Boca".
"Estaba rodeado de hinchas de Independiente y Racing, y mi mayor orgullo era ir a jugar a la pelota con la camiseta de Boca", expresó el mandatario xeneize en aquel reportaje.
"Ahora estoy cumpliendo parte del sueño de mi vida, que es ser presidente de Boca, pero lo quiero completar con la reforma de La Bombonera", sostuvo sin saber que ese anhelo jamás lo podría cumplir.
Pompilio, a quién le gustaba salir a trotar por las mañanas, todos los días llegaba a Boca muy temprano para cumplir con sus actividades.
Sereno, amable, simplemente "Pedro" para sus amigos, el presidente de Boca dejó un huella imborrable en la institución a la que le dedicó, precisamente, gran parte de su vida.





