Una joven de 28 años, hija de un matrimonio desaparecido durante la última dictadura militar, recuperó su identidad al quedar confirmado judicialmente que es hija biológica de una pareja desaparecida en 1977 y no de sus apropiadores. De este modo, la joven, a poco de cumplir 29 años, pudo saber que sus padres fueron María Elena Isabel Corvalán y Mario César Suárez Nelson y que, en realidad, ella nació durante el cautiverio de su madre en el centro clandestino de detención conocido como "La Cacha", en la localidad bonaerense de Lisandro Olmos. Con el esclarecimiento de la identidad de esta joven, suman 83 los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo. 20 años de lucha La recuperación de la verdadera filiación de la joven se produjo como consecuencia de una tenaz y persistente búsqueda que tuvo que eludir las maniobras de los padres adoptivos de la joven, quienes desde que se inició la causa, hace ya 20 años, entorpecieron la labor judicial e incluso se fugaron a Paraguay para eludir la convocatoria de la Justicia. La mujer, quien está embarazada y pidió a Abuelas que se mantenga en reserva tanto su identidad como la de su apropiador, se negó reiteradas veces a que le extrajeran sangre para hacer los estudios de ADN, alegando que reconocía a su apropiador como su verdadero padre. Incluso tuvo una crisis nerviosa cuando la Justicia resolvió que fuera llevada por la fuerza pública a realizarse el examen en el Banco Nacional de Datos Genéticos, por lo que se resolvió en ese momento no extraerle sangre, según relató a Télam la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisimblit. Sin extracción de sangre Frente a estas trabas, el juez federal de La Plata Arnaldo Corazza, ordenó un allanamiento en el domicilio de la muchacha, en la periferia de la ciudad de La Plata, donde se recolectaron cabellos y partículas alojadas en cepillos de dientes de las cuáles se obtuvo el ADN. A partir de esos análisis, en agosto de 2005, el magistrado recibió del Banco Nacional de Datos Genéticos el resultado de la pericia de ADN "que confirma que la joven inscripta como M. N. A. es en realidad hija de personas desaparecidas durante la última dictadura militar", señalaron las Abuelas a través de un comunicado. "Ella nos pidió mantener el tema en reserva y, como siempre lo hacemos, vamos a respetar su voluntad porque ya bastante ha sufrido como para que seamos nosotros quienes le agreguemos más suplicios", explicó Rosa Rosimblit a Télam. Tarde o temprano, la verdad siempre triunfa La dirigente de Abuelas señaló también que "por lo que sabemos, en el momento en que se realizó el allanamiento ella debería estar ya en conocimiento de la verdad, tal vez porque su apropiador finalmente la admitió". Rosimblit indicó luego que "ahora será tarea de ella y de sus familiares biológicos, con quienes entendemos que ya ha tenido contacto, reconstruir sus historias e intentar recuperar algo del tiempo perdido". Si bien la causa judicial para determinar la verdadera identidad de la joven comenzó en 1985, lo cierto es que las Abuelas -según relató Roisimblit- ya habían reunido las primeras pistas sobre su origen durante la dictadura, a la luz de una denuncia que señalaba que "el cantante de tangos y comerciante O. A. tenía una niña apropiada hija de desaparecidos, que le había sido entregada oculta en un capote militar". Sus apropiadores fugaron a Paraguay De hecho, los vecinos de la pareja apropiadora confirmaron que la mujer nunca había estado embarazada, pese a que permanentemente mintieron ante la Justicia, al construir un relato falso del supuesto nacimiento de la niña y se negaron a que se realizaran pericias científicas tendientes a determinar su verdadera identidad. La intención de eludir el accionar judicial llegó a tal punto que, en 1986, la pareja se fugó con la niña, que en ese entonces tenía apenas 9 años, a Paraguay. La historia de sus padres María Elena Corvalán fue secuestrada cuando estaba embarazada de 7 u 8 meses, el 10 de junio de 1977, en su casa de la ciudad de La Plata, en el marco de un operativo a cargo de efectivos de la Armada, en el que fue asesinado su esposo, Mario César Suárez Nelson, cuyo cuerpo nunca pudo ser recuperado por la familia. Según el relato de sobrevivientes de "La Cacha" -un centro clandestino de detención que funcionó durante la última dictadura en la localidad de Lisandro Olmos-, Corvalán habría sido trasladada al Hospital del Penal de Olmos para dar a luz a la nieta hoy recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Sebastián, el último aparecido La última restitución de la verdadera identidad a un joven hijo de desparecidos había ocurrido en febrero último, cuando las Abuelas identificaron a Sebastián Casado, nacido el 27 de marzo de 1978 durante el cautiverio de sus padres, Gaspar Onofre Casado y Adriana Leonor Tasca, desaparecidos desde fines de 1977. Al igual que la madre de la nieta número 83 recuperada, la madre de Sebastián también había estado detenida en "La Cacha", desde donde fue entregado por un oficial del Ejército a una familia conocida suya, que lo inscribió como propio con la ayuda de una médica de la policía bonaerense implicada en otras apropiaciones. Fuente: Télam.




