Maximiliano Gómez y N. jugaban y se divertían con sus 12 años, en una vivienda de Sauce Viejo, ayer a la siesta. Hasta que el eco de un disparo transformó la tranquila tarde en una noche oscura. A las 14.30 N. tomó una escopeta calibre 12 cargada que se encontraba arriba de un ropero y se escondió en el baño unos minutos. Cuando salió se encontró de frente a Maximiliano y le disparó a quemarropa. Este cayó muerto de una herida en el abdomen. Entonces N. corrió espantado a la casa de su tío, a pocas cuadras del lugar. Minutos más tarde arribó una ambulancia del Samco de Sauce Viejo, era tarde. No había solución. La tragedia se desató en una vivienda de Calle Pública sin número, de barrio Timbé Porá, en Sauce Viejo; donde vivía Maximiliano Gómez (12) el niño fallecido. La escopeta habría sido de su tío. Los niños estaban solos y habían terminado de hacer la tarea de la escuela. Jugaban. La presencia de un objeto asesino en el lugar terminó el juego, la inocencia de un pequeño y la vida de otro. N. era compañero de 6° año de Maximiliano, en la escuela N° 358 Canónigo Severo Echagüe, de barrio Timbei, en Sauce Viejo; y vivía en calle Estados Unidos sin número, de barrio Las Delicias (S. V.). Susto y muerte Según habría relatado a los investigadores de la sección homicidios de la URI el pequeño autor del disparo, los dos amigos jugaban adentro del inmueble, cuando buscaron el arma de fuego que el tío de Maximiliano guardaba arriba de un ropero. Era una escopeta Arca Invicta, calibre 12 (el mismo que utiliza la policía), que fue a parar a manos de N., quien corrió y se escondió adentro del baño, mientras el otro chico lo buscaba. Jamás imaginaron que el arma estaba cargada. N. dejó pasar varios minutos y cuando dejó de sentir ruido afuera, pensó que Maximiliano ya estaba en otra parte. Abrió la puerta y se encontró enfrente con su compañero de juegos, que había aguardado pacientemente para sorprenderlo. Por el sobresalto, no pudo evitar apretar la cola del disparador. La escopeta rugió y la perdigonada impactó desde muy corta distancia en el abdomen de Maximiliano. Su vida se extinguió antes que el eco provocado en toda la casa por el tiro. En estado de shock profundo, N. huyó corriendo del lugar y fue a la casa de un pariente. Luego de contar lo ocurrido a la policía, el menor fue entregado anoche a sus padres. Si bien el caso pasó a la sección Homicidios de la URI, las primeras actuaciones estuvieron a cargo de la comisaría distrito 19 de Sauce Viejo y del grupo criminalístico, cuyo personal realizó los peritajes. Interviene la Justicia de Menores. Un velatorio jamás pensado Los rostros desencajados predominaban esta mañana en la sala de velatorios comunal de Sauce Viejo, en Rivadavia al 1.000. Familiares, amigos y vecinos se encontraban afuera de la sala, sobre la vereda, sin entender lo que había ocurrido horas antes.




