A Gustavo le faltan los dientes del maxilar superior y en el centro de sus labios se observa una quemadura. Lejos de tener un problema de nacimiento, él cuenta que ésas son las secuelas físicas que le dejó el consumo de paco durante un año y medio. Hoy, este joven de 27 años se encuentra en recuperación en nuestra ciudad por su adicción a las drogas y se muestra agradecido de no estar como varios de sus amigos: muerto.
Gustavo Ezequiel Paz llegó a Santa Fe tras huir de Buenos Aires, su lugar natal, y de la vecina provincia de Entre Ríos. Sin permitir que se indague sobre los motivos, cuenta que recién ahora es feliz y que cada vez que se levanta de dormir tiene ganas de hacer cosas por la gente. Aclara que su vínculo con Remar, la asociación benéfica sin fines de lucro donde se encuentra internado desde hace tres meses, mucho tiene que ver con ello.
``Empecé a consumir cocaína a los 12 años y estuve internado tres veces por sobredosis. Pero después conocí una droga más barata y que me pegaba más, el paco'', dijo. Y agregó: ``Pero es una porquería que te destruye el cerebro y te hace perder todo, hasta la familia''.
Convencido de que ``es una de las peores drogas que prefieren los pibes'', Gustavo explica lo que es el paco en pocas palabras: ``Es la resaca de la pasta base con la que se hace la cocaína, es decir el desecho que queda en la cocina, que luego se prensa para tomar forma de tizas cristalizadas''.
``Mirame la boca. La tengo así por fumar paco. Es tan fuerte que me fue sacando el calcio de los dientes hasta que se me cayeron'', dice. Y acota: ``El paco se fuma con una pipa que se arma con un cañito de aluminio, que es lo que te quema los labios, y una esponjita de alambre. Una vez armada, la tiza de pasta base se pica y se va fumando por parte. Pero de todo eso lo que más pega es la resina, que es una cera negra que se forma después de fumar tres o cuatro pipazos. Los vagos hasta se pelean por fumar la resina aunque después les duela la garganta de los alambres que se tragaron''.
Después de una hora de conversación, Gustavo relata que estuvo dos veces en prisión. Es que robó y hasta apuñaló a personas para conseguir dinero y comprar pasta base. ``Una vez, tuve hasta $ 50.000 en la mano, que se me fueron como agua. Yo estafaba y robaba a todo el mundo, por eso nadie me quería''.
Consultado sobre su familia, cuenta que no la ve hace años. Y se reconoce culpable: ``Si yo vivía en la calle... ¿cómo voy a tener familia?''.
Tocar fondo
Gustavo conoció el Remar cuando un grupo de chicos en recuperación lo encontró en las calles de Santa Fe y le habló de la asociación. Aunque esperó un tiempo para ir, un día llegó a la sede de San Luis 3088 y pidió ayuda. Allí está internado desde hace tres meses y realiza diversas actividades junto a otros jóvenes.
Consultado sobre dónde conseguía la pasta base en nuestra ciudad manifestó: ``Acá todavía no hay; en realidad hay pero no se comercializa. Yo viajaba periódicamente a Buenos Aires y me traía por la plata que llevaba. En Santa Fe, lo que sí hay es cocaína y marihuana, pero son más caras que el paco y me pegaban menos''.
Desde que está recuperándose, Gustavo no quiere volver a Buenos Aires. Justifica su decisión en que en su barrio ``todos los pibes están perdidos, presos o muertos''. ``No creo que sea el momento. Esto me va a llevar tiempo y, además, me gusta Santa Fe porque es otro ambiente''.
Convencido de que saldrá adelante, dice sentirse un privilegiado, al comparar y recordar algunos de sus amigos porteños, que siguen perdidos o murieron.
``Desde que estoy en Remar se me está abriendo el corazón cada día más. Yo no quería a nadie, ni hasta a mí me quería. Me levantaba y me drogaba todo el día, y como no trabajaba, robaba'', señaló. Y agregó: ``Pero ahora tengo una familia nueva, que son los chicos de Remar, y soy otra persona. Si me preguntás qué pasó en mi vida, creo que es un poco mi voluntad y otro poco la de Dios, en quien yo no creía''.
Por último, consultado por El Litoral en relación con el consumo de paco en la ciudad, el responsable de Remar Santa Fe, Hugo Gallardo, señaló: ``El paco no llegó a Santa Fe para la venta, pero está. El consumo que hay es de personas que lo trajeron para uso personal''.
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-Confirman el consumo de paco en la ciudad - Publicada el 6 de marzo.





