La extrema sequedad del aire en las provincias del noroeste argentino hará "prácticamente imposible" que este año se produzca el fenómeno conocido como tormenta de Santa Rosa, informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El pronosticador de turno Eduardo Piacenti opinó que esa tormenta es más un mito popular que un dato meteorológico, ya que, según datos estadísticos tomados desde 1870, sólo en el "12 por ciento" de esos años se verificó el fenómeno bautizado con el nombre de la santa nacida en Lima, Perú. La forma de llamar esa tormenta se originó en 1615 cuando una religiosa limeña que adoptó el nombre de Rosa, pero se llamaba Isabel Flores de Oliva, encabezó un rezo para pedir que una flota de piratas holandeses que estaba a punto de desembarcar en el puerto de El Callao no pudiera saquear Lima, capital del virreinato. La historia cuenta que una tormenta impidió que los barcos tocaran tierra y la ciudad quedó a salvo, por lo fue atribuido el poder místico de las oraciones de quien luego sería canonizada con el nombre de Santa Rosa de Lima. El pronosticador del SMN informó que desde hoy y hasta el domingo se prevé un leve aumento en la nubosidad y temperaturas máximas de entre 14 y 16 grados, con inestabilidad el viernes, por lo que puede haber, a lo sumo, una leve precipitación. Dijo por otra parte que la prolongada sequía que se verifica en casi todo el país se debe a la persistencia del aire seco que "en lo que va del año, provoca un ligero déficit" de lluvias. El SMN difundió hoy un informe en el que se refiere a esa tormenta que a nivel popular se espera que ocurra el 30 de agosto de cada año, el día de Santa Rosa de Lima, "o bien unos pocos días antes, o unos pocos días después". "Como a través de los años se fue observando, con cierta regularidad, que un poco antes o después del 30 de agosto se producía una tormenta con actividad eléctrica y lluvia, nació y se plasmó en la cultura popular la denominada tormenta de Santa Rosa", dijo el organismo científico. En realidad, explicó, esa tormenta "no es más que la primera que tiene lugar en la Argentina al final del invierno, entre la última semana de agosto y la primera semana de setiembre". La presencia de aire cálido y húmedo proveniente del norte en esta época del año, sumado al aumento de la radiación solar sobre el suelo, puede dar lugar a la generación de tormentas. Sin embargo se precisó que este año "la extrema sequedad del aire en esta época del año en el noroeste argentino, hace prácticamente imposible que pueda generarse actividad tormentosa". En un análisis estadístico realizado en la Ciudad de Buenos Aires desde el año 1870 a 2004, mostró que el fenómeno de la tormenta ocurrió en apenas el 12 por ciento de las veces, aún tomando en consideración cinco días antes y cinco días después del 30 de agosto.




