Ante la llegada del intenso calor los jóvenes de nuestra ciudad se volcaron en forma masiva hacia la Costanera como lugar de esparcimiento y encuentro, lo que provocó en los últimos días algunos inconvenientes, debido a la actitud incomprensible de algunos que realizaron picadas de autos y motos sobre el paseo costero, y de algunos comerciantes que pese a la prohibición venden alcohol a menores, quienes lo consumen en ese lugar.
Por este motivo la Secretaría de Control municipal incrementó los operativos junto a la policía, para evitar que ocurra una tragedia en la Costanera y para que los momentos de recreación y encuentro de los jóvenes no terminen mal.
Otro inconveniente que se provoca en la zona son los ruidos molestos de autos con caños de escape antireglamentarios y de los equipos de sonido que emiten música a un volumen irracional.
“Las picadas fueron atendidas debidamente por la Municipalidad y la Policía a mediados de año, y creíamos que estaban erradicadas. Pero ciertamente el pasado jueves por la noche hubo un desorden importante en el área de la rotonda de la Costanera, y probablemente haya empezado a la altura del Faro, con una gran concentración de motos, cuatriciclos, camionetas, altoparlantes y venta de alcohol descontrolada”, explicó el secretario de Control, Cornelio Collins.
Para revertir esta situación, el funcionario aseguró que el Municipio utilizará todos los instrumentos que tenga a su alcance. Desde ayer por la mañana, y durante toda la vispera, se efectuaron operativos de control y prevención en los comercios de la zona, y “se intensificarán durante el fin de semana”, sostienen desde el municipio.
“Estamos decididos a clausurar todos los negocios que estén facilitando esta situación y a tomar medidas severas con estas expresiones de desorden que no dejan tranquilos a los vecinos”, finalizó Collins, en un comunicado a la prensa.





