Por Juan Manuel Fernández
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"Ves aquella vaca de ahí, es hija de una campeona de Palermo; como 30 laboratorios ya me pidieron para extraerle embriones". El animal es una Holando Argentino, de ancas anchas y ubre voluminosa, que pastorea plácidamente mezclada con el resto del plantel en un lote encharcado, con las cuatro patas hundidas por lo menos 20 centímetros en el barro. "Así estamos desde el 24 de diciembre; ya llevamos 3 meses con los campos inundados y nadie hace nada", relata el propietario, Gabriel Kuchen, con una mezcla amarga de dolor e indignación.
Kuchen es integrante del Centro Tambero de San Jerónimo Norte y, al igual que otros tantos en la zona (de los pocos tamberos que quedan) tuvo que tomar medidas drásticas para sobrellevar el anegamiento permanente. Por ejemplo, liquidó la mitad de su rodeo para quedarse sólo con lo indispensable: un puñado de vacas de pedigree.
Al establecimiento se llega por la ruta provincial 67 S, a la cual se accede unos 30 kilómetros al oeste de la capital provincial por la ruta 19. Desde la cinta asfáltica el paisaje es desolador. Ambas banquinas, y los campos que las suceden, se parecen más a los canales venecianos que a cualquier postal de la pampa gringa. Pero también pueden asociarse a la geografía de los departamentos costeros, con sus islas, sus arroceras, y esas bandadas de patos sirirí que se levantan al paso de los vehículos. "Como nunca, este año los patos vinieron a empollar a estos campos; vamos a terminar dedicándonos a la pesca o poniendo un coto de caza". A esta altura, Kuchen opta por apelar a la zona y hacer de cuenta que el caos es natural.
Viejos problemas
El joven dirigente asegura que estos problemas no son nuevos, sino que hace unos 8 años que se viven situaciones semejantes. Los factores son varios, pero en esta oportunidad influyeron los 600 milímetros de diciembre, que se sumaron a los 700 que ya llevan en el 2007 (sin contar las precipitaciones de ayer). Las zonas afectadas incluyen el norte de San Carlos Norte, San Jerónimo del Sauce, San Jerónimo Norte, San Wendelino, Las Tunas y Frank, todas localidades declaradas como zona de desastre tras el temporal de navidad.
"Acá están afectados del primero al último: el que hace novillo, lácteos o granos por igual", asegura. El temor se incrementa a medida que pasan los días y se aproxima el invierno, ya que se perdieron las pasturas y prácticamente no cuentan con reservas ante la imposibilidad de confeccionar el silo. En ese marco, la caída en la producción de leche "es terrorífica". Aproximadamente los tambos de la zona pasaron de 800/1.000 litros diarios a 200 o 300.
Con desempeños semejantes, "no se alcanzan a pagar los gastos", asegura Kuchen, y plantea un problema mayor: "se va a acrecentar en la primavera cuando las vacas nos pasen la factura; porque imaginate que hace 3 meses que están en el barro y eso trae problemas de enfermedades, patas, mastitis, no se están preñando, y las consecuencias se van a extender a 9 meses o 1 año".
Sin respuestas
"Faltan un par de obras y las que se hicieron están mal construidas; se encauzaron donde no deberían, van por caminos lindantes y no por los bajos naturales por donde correspondería", dice Kuchen, y pone como ejemplo la cuenca oeste de San Jerónimo Norte, Las Tunas y Frank "donde el escurrimiento se hace cada vez más difícil".
En la zona explican que se elevaron todos los reclamos correspondientes, pero que "dan soluciones de palabra, es todo jarabe de pico". Por eso están convencidos de que los tiempos de los productores no son los de los funcionarios.
Para aportar un ejemplo concreto Gabriel Kuchen extrajo de uno de sus bolsillos un papel con varios dobleces que lleva el rótulo del CFI (Consejo Federal de Inversiones) y la firma de un funcionario del Ministerio de la Producción. Se trata de una solicitud de los créditos blandos que el gobierno santafesino salió a ofrecer tras el temporal de navidad. A tres meses, los préstamos "todavía están frenados" -dice el tambero- a la espera de que los organismos determinen cuales son pequeños productores y quienes son grandes. "Mientras tanto la actividad se nos cae día a día", explica, y agrega que sólo con créditos blandos podrán retornar al trabajo y empezar a recuperar los litros de leche que se perdieron.
"Esto tiene un límite, el vaso llega un momento que rebalsa; puede ser una gota ínfima que produzca el desencadenamiento", advirtió Kuchen, y no descartó que los productores de la zona encaren, por ejemplo, un corte de ruta.
Una vida encharcada
Apenas 3 meses atrás Palmiro Perren ordeñaba 800 litros de leche diarios. Hoy apenas entrega 55. Para soportar el embate del agua envió 35 lecheras a pastaje en un tambo de punta en López (departamento San Jerónimo) antes de que se le murieran de hambre. "Allá un señor, gracias a Dios, me las está ordeñando; si no me quedo con nada", se lamenta. Por ahora canjea el pastaje por la leche, pero siempre y cuando la performance de sus vacas no baje de 12 litros para que resulte viable. De lo contrario tendrá que pagar ese servicio.
Perren, de 73 años, hace 51 que explota su tambo ubicado sobre un camino intermedio entre San Jerónimo del Sauce y San Jerónimo Norte, a 400 metros de la ruta 19. Hoy sólo puede entrar y salir montado en un tractor, único vehículo que doblega la estela de agua y barro en que se trasnformó el camino.
Palmiro y su esposa son jubilados y temen que la crisis se prolongue y les consuma lo ahorrado. "Dos o tres meses más puedo aguantar y después estoy listo, me voy para banca rota", asegura este gringo que, pese a todo, no deja la gentileza y el buen trato de lado.
También se las arregla para seguir pagándole al único empleado, mientras el puñado de animales que mantiene en su campo aguantan con la poca reserva que alcanzó a hacer. Reconoce que el trastorno obedece a un fenómeno climático extraordinario, ya que desde navidad le cayeron más de 800 milímetros. Pero también encuentra otros motivos, como la falta de canalización que impide el escurrimiento. "El agua entra por unos 200 metros de ancho desde San Jerónimo y de acá sale con una manguera", dice, angustiado.




