La clave para llegar hasta los hermanos Gómez fue una cámara de fotos, secuestrada en un allanamiento realizado en Córdoba a fines de agosto, cuando en un desarmadero la policía se encontró con un vehículo equipado con herramientas para reventar cajas fuertes. Entre las fotos que quedaron en la tarjeta de memoria no sólo estaban las del edificio del Banco Macro de Santa Fe desde todos los ángulos posibles, sino que allí también se registraron los rostros de los presuntos integrantes de la banda.




