En la Copa Davis, el conjunto local es el que decide sobre que superficie se va a jugar la serie, dentro de ciertos parámetros estipulados por la Federación Internacional de Tenis.
Para esta ocasión, los checos eligieron la misma cancha con la que vencieron en marzo pasado a Francia -en la gran sorpresa de la primera ronda- sobre la cual Tomas Berdych y Radek Stepanek se desempeñan a la perfección.
La superficie del Cez Arena, el estadio que albergará la serie, tiene una base de madera y dos de gomas superpuestas arriba, con la característica principal de una pequeña rugosidad, que hace que la pelota pique, salga muy rápido y se eleve bastante poco.
Esto provoca que el juego se haga muy veloz, lo que favorece ampliamente a los sacadores y a los tenistas que le pegan plano a la pelota y perjudica a aquellos como los argentinos José Acasuso y Juan Mónaco, acostumbrados a la lentitud del polvo de ladrillo.
En el caso de Juan Martín del Potro, la cancha lo favorece por la potencia de su saque pero lo perjudica porque la pelota pica y su rebote es muy bajo, lo que atenta contra la altura del tandilense.
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