Rafael Nadal y Roger Federer se enfrentarán por vigésima vez en una final de un torneo de tenis ATP, el domingo en la del Masters 1000 de Madrid.
A pesar de que el manacorí ha ganado nueve de diez finales sobre polvo de ladrillo a su gran rival, al que además ha derrotado en las últimas cinco finales en todas las superficies, el helvético llega en mejor forma física tras el esfuerzo del primero, esta jornada.
"Me habían dicho eso mismo antes de la final del Abierto de Australia (Nadal jugó más de 5 horas ante Verdasco en semis) y no fue así. Además son dos jugando y tomándose su tiempo para sacar, por lo cual no son 4 horas", matizó el suizo al respecto.
Nadal, número uno del tenis mundial, tuvo que librar una antológica batalla de más de cuatro horas y levantar tres bolas de partido para derrotar al serbio Novak Djokovic en tres, sets por 3-6, 7-6 (7/5), 7-6 (11/9).
"Fed" (N.2), por su parte, lo tuvo mucho más fácil ante el argentino Juan Martín del Potro (N.5), al que derrotó claramente en dos sets, 6-3 y 6-4.
Nadal estuvo a punto de sufrir su primera derrota de la temporada en tierra batida en el que era su 19 partido, un encuentro lleno de emoción que pudo decantarse por cualquiera de los dos.
El español no parecía cómodo en la pista central de la nueva ’Caja Mágica’ pero, una vez más, fue capaz de hacer sus mejores golpes en los momentos decisivos, como las dos extraordinarias derechas que entraron en la esquina del court en dos de las bolas de partido, en el último ’tie-break’.
"Creo que no hay comentarios que valgan. Uno o dos puntos lo han decidido todo", decía un Djokovic completamente abatido tras haber rozado la victoria.
Por más que se trate del rey de la tierra batida, Nadal llegará arrastrando un gran desgaste a la final del domingo tras la elevadísima intensidad del final del partido. En su primera edición en polvo de ladrillo, el torneo de Madrid no podía pedir una semifinal mejor.
Nadal llamó al fisioterapeuta al comienzo de la segunda mitad por un problema en la pierna pero no parecía tener demasiadas molestias al moverse.
Al contrario, en el último tramo de un partido palpitante de principio a fin fue cuando empezó a hacer sus mejores puntos, después de cometer muchas faltas inusuales: un total de 50, 37 de ellas en los dos primeros sets.
"He empezado a jugar muy mal, muy corto. Y luego he recuperado el ritmo y he terminado haciendo un gran tenis. Era indispensable para derrotar a Djokovic hoy", comentó el número uno mundial.
Si se recupera bastante, el mallorquín podría hacerse el domingo con su cuarto título consecutivo en tierra batida este año, después de Montecarlo, Barcelona y Roma, y llegar a Roland Garros, donde se ha coronado los cuatro últimos años, invicto en tierra batida, como en 2006.
Djokovic se reafirmó como el rival más peligroso del mallorquín en arcilla, donde es el único que le ha ganado un set este año (dos veces) aunque siga sin lograr derrotarle. Era su cuarto enfrentamiento del año en esa superficie y el noveno en su carrera.
Las crecientes dificultades de Nadal ante el serbio no tienen por qué significar que vaya a tener más problemas para ganar Roland Garros que otros años. El español no está cómodo con la altitud de 600 metros de Madrid e incluso se planteó no ir, antes de motivarse con la esperanza de ganar en casa.
"Para mí es el torneo más difícil de la temporada en tierra batida. Las sensaciones son difíciles de encontrar", explicó Nadal, que en 2007 perdió contra Federer en Hamburgo ocho días antes de Roland Garros, donde impuso de nuevo su dominio.
En el cuadro femenino, la rusa Dinara Safina (N.1), que derrotó a la suiza Patty Schnyder en dos sets, 6-4 y 6-2, y la danesa Caroline Wozniacki (N.9), que eliminó a la francesa Amélie Mauresmo en la otra semifinal, disputarán la final dominical.
AFP






