Juan Evaristo Puthod, desaparecido este martes por la noche, fue privado seis años de la libertad por la dictadura, recorrió siete centros clandestinos, recibió torturas hasta el día de su cumpleaños 18, pasó una noche encerrado en un ataúd, y terminó perdiendo la visión en un ojo por los tormentos.
Así se desprende de la reconstrucción de los testimonios que el mismo Puthod, 50 años, cuatro hijos, vertió en distintas causas judiciales y entrevistas.
Los siguientes son los principales párrafos de los relatos sobre su periplo por los centros de torturas y reclusión:
"Yo fui detenido el 28 de marzo de 1976 por Prefectura, me trasladaron a la comisaría 1° de Zárate, junto a quien hasta cuatro días antes era el intendente de esa ciudad, Francisco Bugatto y el hijo de éste, entre otros".
"Al llegar la noche, la policía de la provincia me hace firmar la libertad y me comunica que estoy bajo el poder del Ejercito Argentino. Bueno, ahí nos vendan los ojos y nos atan las manos", prosiguió.
"Una noche, estando en la comisaría, nos trasladan a lo que es ahora la Escuela de Formación de Prefectura, la cual antes era parte del Arsenal (de Artillería de la Armada). De ahí, vamos a un barco, el famoso A.R.A. Murature", que estaba amarrado en la base naval de Zárate.
"Ahí empieza lo más feo, porque es donde empezaron las torturas. Yo por ejemplo, recibí picana eléctrica y muchos golpes. Una noche, en el barco me sacaron de la bodega y sentí que me iban a matar".
"Me acuestan en algo que creo que era madera, me moví a la derecha y había pared, me moví hacia la izquierda y había pared, estiré la cabeza hacia atrás y había pared, entonces me dije: ‘Estoy dentro de un cajón’. Al rato, siento que ponen la tapa del cajón de muerto y martillan, clavan y pensé: ‘bueno, de acá al río, no queda otra’. Y me dejaron toda la noche ahí adentro".
"A la mañana sacan la tapa, que evidentemente no habían clavado, porque no escuché que la desclavaran y me llevan nuevamente a la bodega. Ahí nos tiene Prefectura y somos torturados y golpeados, en ese lugar nos bañan y nos dejan desnudos”.
"Al salir del Arsenal somos trasladados al Tiro Federal (ubicado en la ciudad de Campana) y volvemos a ser torturados. En el Tiro Federal estábamos a cargo del Ejército. Del Tiro Federal yo voy al tristemente celebre VESUBIO (ubicado en la Av. Ricchieri y Camino de la Cintura, partido de la Matanza, Prov. de Buenos Aires)"
"En el 'Vesubio' se nos tortura y a algunos de nosotros se nos hace simulacro de fusilamiento, a otros, directamente se les dispara. De la gran cantidad de compañeros que estábamos en esa habitación, hoy en día somos contados con las manos los que estamos vivos".
"Yo me acuerdo que China, preguntaba el nombre de cada uno y a medida que los represores entraban, sacaban a alguien y se escuchaban las ráfagas de las ametralladoras, los gritos de los compañeros y luego el silencio, ella tenia la valentía de recontarnos:
-'Está fulano, está mengano, está sultana'- y siempre faltaba uno.
"De ahí yo voy a otro campo que es el 'Banco' (ubicado en Puente 12, cerca de la intersección de la autopista Ricchieri y el Camino de Cintura). A esa altura yo tenia el brazo infectado, porque me habían atado con alambres y se me habían encarnado en la piel, mi brazo estaba hinchado".
"Sigo recibiendo torturas y recibo el golpe por el cual pierdo la visión de un ojo. Un día de tortura, estando yo sentado, me agarraron de los pelos -en esa época se usaba el pelo largo- el represor me tira para atrás y al no tener respuesta mía, mejor dicho la respuesta que él quería escuchar, me pega con una varilla de hierro en el ojo izquierdo".
"Imagínense, yo tuve en el ojo una mancha debajo del iris durante años, esa mancha fue un tumor en el nervio óptico, el cual me quitaron y perdí la visión del ojo".
"Un día de tortura en el 'Vesubio' me preguntaron si sabía que día era, no lo podía saber porque llevaba varios días secuestrado. Entonces me dicen: -‘hoy es 9 de abril, hoy cumplís años, cumplís 18 años’. Y cumplo 18 años en la ‘Parrilla’, en una noche de tortura".
"Después del 'Banco', voy a Campo de Mayo, al hospital, porque estaba totalmente destruido: aparte del brazo, a causa de muchos golpes y muchas torturas, había quedado azul. Estuve en el hospital alrededor de una semana. Allí me recupero y me sacan los alambres que se me habían encarnado".
"Una mañana, estando yo allí, llega un muchacho de Zárate, se ve que este muchacho conocía mucho al represor, se trataban como amigos, es más, el muchacho no tenía las vendas, el veía todo. A este chico el represor le dice: -No tomes la leche porque esta sucia".
"Esa leche se la dieron a un grupo de compañeros, a mí no, porque fue selectivo: a fulano, a mengano y a sultana, esos compañeros hoy ya no están, lo que quiere decir que esa leche significó la muerte para ellos. Para mí hubo un antes y un después del Mundial de Fútbol 1978".
"Antes del Mundial había un grupo grande de compañeros secuestrados a los cuales mantuvieron con vida. Después del Mundial no sabían que hacer con ellos, entonces decidieron la 'La Solución Final'. Muchos compañeros aparecieron sin vida en las costas uruguayas...".
"Una vez que me recuperé me llevaron a la Séptima Brigada Aérea de Morón; cuando llegamos, nos meten en un galpón y nos dejan ahí adentro. Al otro día, vienen, nos sacan y nos hacen quitar la venda con mucho cuidado porque ya teníamos tres meses de secuestro y teníamos los ojos a la miseria".
"Entonces nos dicen: -Bueno, ya terminó todo, ya pasó todo, ahora son legales, están bajo disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional). Yo no lo podía creer porque estábamos en manos de los represores, estábamos dentro de una base y para blanquearte te tendría que llevar a un juzgado".
DYN





