El radar utilizado en meteorología permite localizar lluvias, calcular sus trayectorias y estimar sus tipos, es decir, nieve, granizo, entre otras.
Además, los datos tridimensionales que registra pueden analizarse para extraer la estructura de las tormentas y su potencial de trayectoria y daño. Finalmente, los ecos de precipitaciones y de atmósfera clara del radar permiten estimar la dirección y velocidad del viento en las zonas bajas de la atmósfera.
En una zona como Santa Fe, caracterizada por la ocurrencia de lluvias convectivas, es decir con presencia de granizo, la información que brinda el radar meteorológico se torna relevante ya que permite alertar a la población con una antelación de entre 2 a 4 horas y hasta 6 horas.




