El Papa Benedicto XVI se despidió cariñosamente hoy de su Baviera natal tras un recorrido de seis días por el sur de Alemania, en medio de críticas de dignatarios del Islam que le recriminan unas reflexiones sobre el concepto de la 'guerra santa'. El Sumo Pontífice, de 79 años, dijo adiós en el aeropuerto de Munich a sus compatriotas, agradeciéndoles su acogida. 'Han sido días de mucho ajetreo, en los que reviví muchos acontecimientos pasados que han marcado mi vida. En todas partes fui recibido con una atención y cuidado que me conmovieron profundamente', afirmó radiante el Papa al concluir una peregrinación que compaginó los actos pastorales con visitas al lugar de su nacimiento, a la tumba de sus padres y su hermana y a la catedral donde fue ordenado sacerdote. Muchas son las críticas que se abaten desde diversos países sobre Benedicto XVI por su condena al extremismo islámico durante una reflexión teológica sobre la fe y la razón que hizo el martes. 'Quien quiera conducir a alguien a la fe necesita hablar bien y razonar correctamente, en vez de (usar) la violencia y la amenaza', afirmó ese día el máximo jefe de la Iglesia Católica en la Universidad de Ratisbona. Un dignatario musulmán de Turquía, país que el Papa visitará en noviembre, denunció el jueves unas declaraciones 'de odio y hostiles'. Un responsable musulmán en Italia le pidió que se retracte y un dirigente del Consejo central de los musulmanes de Alemania estimó que la Iglesia Católica no era la más indicada para hablar tras haberse dejado embaucar por el régimen nazi. En Islamabad, varios responsables y analistas paquistaníes consideraron que las declaraciones del Papa eran 'desafortunadas', 'lamentables' e incluso 'irresponsables'. En EE.UU., la presidencia de la Sociedad Islámica de Norteamérica (ISNA), una importante organización islámica estadounidense, calificó las críticas de Papa de 'inexactas y oportunistas'. Entre la muchedumbre agolpada en las calles de Frisinga hoy para ver al Papa, ordenado sacerdote en esta localidad de 40.000 habitantes en 1951, se encontraba el musulmán Ahmad Maqsood, de 60 años, junto a su esposa. 'Está muy bien lo que dijo, nada de guerras ni de ataques, en ninguna religión, no tiene sentido', afirmó Maqsood haciendo alusión al alegato de Benedicto XVI. Fuente: AFP




