“Ricardo Aldao y Necochea es una esquina peligrosa”, afirman los vecinos de ese sector del barrio Villa María Selva. Y los antecedentes que corroboran la afirmación abundan.
En la víspera, El Litoral informó sobre el accidente ocurrido el martes en esta intersección de la ciudad dando cuenta de su saldo: una mujer con lesiones de consideración. Un Fiat Duna y una moto Honda Wave protagonizaron el choque, cuya conductora del último rodado resultó con múltiples traumatismos y debió ser trasladada al hospital Cullen. Pese a las características del accidente, puesto que la joven que conducía la moto quedó tendida en el piso y el ruido del choque fue “impresionante”, los vecinos se calmaron cuando vieron que “estaba con vida”. Es que, en diciembre de 2004, en un accidente acontecido exactamente en la misma esquina fue embestida una adolescente de 17 años que murió a las pocas semanas.
“Esta esquina es terrible. Siempre se producen choques, pero como no hay heridos no salen en los medios. Yo diría que el motivo es por la velocidad con la que transitan los conductores. Hay horarios pico donde el tránsito es terrible, sobre todo a la salida de las escuelas, y andan a lo loco”, señaló Andrea. Y agregó: “No frenan. Los fines de semana las motos pasan a una velocidad tan alta que es como si anduviesen solos por una calle de tierra”.
Todos los vecinos consultados por El Litoral coincidieron en que los choques son tan frecuentes que prácticamente están acostumbrados. “Hay veces que escucho el impacto y ni salgo porque me amarga mucho, salvo que tenga que asistir a alguna persona”, indicó Marta.
Para Aldo, por su parte, el principal motivo por el que suceden los accidentes es que “los conductores que vienen por Necochea se confían y creen que Ricardo Aldao es una calle tranquila”. “Hace un tiempo abrieron un paso a nivel por Necochea y ahora es más transitada”, aportó el hombre como un factor que incide en el tránsito vehicular por la zona.
Consultados sobre qué podría hacerse para que en esta esquina no se produzcan tantos accidentes, los vecinos remarcaron, además que se circule con prudencia, la colocación de reductores de velocidad para que los conductores se vean obligados a disminuir la marcha. Para Aldo, lo más conveniente son los lomos de burro. “Dudo que un semáforo sea efectivo, porque al estar en una calle interna nadie lo respetaría”, dijo el hombre. Andrea, por su parte, refirió que después del trágico accidente de diciembre de 2004 “fueron muchos los pedidos que se hicieron en la Municipalidad por pianitos, lomos de burro o lo que fuese pero no obtuvimos ninguna respuesta”.
La muerte de Jésica
El accidente que aún permanece grabado en la memoria de los vecinos de Villa María Selva tuvo como víctima fatal a Jésica Cantelli. Como publicó este medio en reiteradas ocasiones, sobre todo por el reclamo de justicia y de políticas relacionadas con el tránsito que emprendió su padre, la adolescente de 17 años caminaba junto a dos amigas cuando, como correlato de la colisión entre dos vehículos en la esquina de Ricardo Aldao y Necochea, fue embestida por un auto que terminó subido a la vereda. Era 20 de diciembre de 2004, aunque su muerte se produjo el 12 de enero de 2005 en el hospital Cullen.
Cabe recordar que por la muerte de Jésica, la Justicia correccional de Santa Fe condenó por igual, en agosto de este año, a los conductores de los dos vehículos que participaron del accidente que le provocó la muerte. Dos años de prisión en suspenso y siete años de inhabilitación para conducir fue lo que dictaminó el tribunal, pero el fallo, de primera instancia, fue apelado por los abogadores defensores de los condenados.




