El ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la Provincia, Antonio Ciancio, admitió que “son dificultosos por las condiciones geográficas” los controles sobre los enganchados a la red eléctrica en los barrios más pobres de las ciudades más grandes de la provincia.
“Sabemos que este problema existe y nadie lo ignora: el esfuerzo de la EPE, en el que ha tenido mucho éxito, es tratar de sumar clientes de bajos recursos con convenios especiales”, para reducir el consumo irracional y regularizar el servicio.
Por otra parte, “nosotros tenemos en cuenta que hablamos de santafesinos con condiciones extremas de pobreza. El gobierno provincial en esto tiende una mano solidaria y, creo que como el resto de los santafesinos, nosotros no pensamos que se está robando energía, sino en que hay sectores carenciados que la necesitan para cocinar y calefaccionarse”, dijo Ciancio.
“Vemos que hay situaciones en las que esta energía que no se paga es necesaria para poder subsistir. No podemos soltarles la mano a nuestros comprovincianos en momentos como éste”, destacó.
Daniel Cantalejo, titular de la EPE, brindó más detalles sobre las tareas en barrios pobres que procuran regularizar el servicio eléctrico. “Tenemos una tarifa social de prueba, con un consumo estimado y realmente ha sido bueno el resultado. Hay una zona, que va entre la marginalidad más extrema y los sectores que sin dudas pueden pagar la energía, que hemos contemplado con estas tarifas sociales. Estimamos que hemos incorporado 6.000 nuevos clientes: no es una cifra que vaya a cambiar la realidad económica de la empresa, pero tiene el valor del ejemplo porque las familias que tienen energía eléctrica en forma regular cuentan con un servicio seguro, y les otorga más posibilidades de mejorar su situación, porque con una tarifa de la EPE es posible acceder a créditos para electrodomésticos o ropa. Es una política inclusiva de la EPE”.




