El magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, líder de la derecha, triunfó en las elecciones legislativas del domingo y lunes en Itlia y se prepara a gobernar “meses difíciles”, según anunció este lunes en la televisión.
“Sí, hemos ganado”, reconoció Berlusoni, tras advertir a los italianos que “nos enfrentamos a meses difíciles que exigen un gran esfuerzo”, en una entrevista hecha por teléfono durante el programa de televisión “Porta a Porta”.
Los resultados oficiales, tras escrutar 55.600 de las 60.000 mesas electorales, otorgan a la coalición de Berlusconi el 47,1% de los votos del Senado contra el 38,1% del centro-izquierda de Walter Veltoni.
Según cálculos de las firmas especializadas en proyecciones, Berlusconi obtuvo la mayoría absoluta en el Senado, con 162 escaños sobre un total de 315, y en la Cámara de Diputaos, cuenta con ventaja del 8,5%, según as proyecciones.
Berlusconi dispondrá de una amplia mayoría en el Parlamento para gobernar y pasar página a la derrota por un puñado de votos que sufrió en el 2006, cuando perdió la oportunidad de ser reelegido.
“La victoria de Berlusconi es clara, la derecha gobernará el país”, reconoció el líder del Partido Demorático, Walter Veltroni y pincipal adversario de Berlusconi durante una conferencia de prensa celebrada este mismo lunes en Roma.
El líder de la derecha italiana gozará de holgada mayoría en las dos cámaras del Parlamento para poder gobernar a Italia, una república con un régimen parlametario.
El ex alcalde de Roma, Walter Veltroni, de 52 años, alcanza el 33% de lo votos en el Senado, un resultado relativamente positivo, ya que cargaba la herencia del desgastado gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi, que cayó tras 20 meses de divisiones.
“Veltroni esperaba obtener un resultado mejor”, comentó a la AFP el politólogo Stefano Folli, director del diario Il Sole 24 Ore.
El desafío de Veltroni, con el recién fundado Partido Democrático (PD), que intentó movilizar a cientos de italianos prometiendo “reformas serenas”, fue acogido tibiamente por los italianos, que prefirieron el regreso de Berlusconi.
Otro partido que según las proyecciones obtendría un resultado notable es la Liga Norte, el movimiento federalista y populista de Lamberto Bossi, con frecuencia xenófobo, el cual alcanzaría un 8,3%, contra el 4,5%, del 2006.
Berlusconi, que rompió con los moderados democristianos de UDC de Pier Ferdinando Casini, prometió recortes de impuestos y un relanzamiento económico para enderezar la economía italiana.
Al contrario de otras ocasiones, anunció “medidas impopulares” y “sacrificios” para reactivar la economía, deprimida por la falta de crecimiento, los salarios bajos y el alto coste de la vida.
La tasa de participación fue del 80,4% en las votaciones, tres puntos y medio menor que en el 2006, pero entre las más altas en Europa.
Los más afectados por la derrota han sido los partidos de la izquierda radical, comunistas y verdes, que bajo la bandera “Izquierda Arco-Iris”, alcanzaron sólo el 3,5% de los votos en el Senado, contra cerca del 11,5% que lograron separadamente en el 2006.
Tales partidos corren el riesgo de no salir representados en el nuevo Parlamento por primera vez en su historia.
“El electorado quedó decepcionado por su actitud durante el gobierno de centro izquierda”, comentó el politólogo Marco Tarchi.
Los escándalos por los privilegios de la llamada “casta” política y la incapacidad de resolver el problema de las basuras que sumergen Nápoles (sur) contribuyeron probablemente a la derrota de la izquierda.
AFP




